The Capture

Con una segunda temporada recién estrenada (tres años después de la primera), The capture nos acerca a una trama que, a estas alturas, no parece tan irreal y este componente la hace más atractiva y más tenebrosa. Además, aumenta la probabilidad de que la veamos, aunque solo sea por curiosidad.

Las fake news y la IA protagonizan un relato en el que la verdad, la presunción de inocencia y la justicia se modifican a favor de los intereses de poder y de un mal entendido bien común. En definitiva, la potencia de la tecnología en manos de unos pocos se convierte en un medio justificado por unos fines moralmente discutibles.

Ben Chanan, que ya se refirió a los riesgos de la era digital en la película Cyberbully, hace una propuesta que no se sale de los cánones formales. Sin embargo, el guion sabe dosificar la información y atrapar a la audiencia en sus aguas movedizas. El suspense, la lucha del protagonista por demostrar su inocencia, las conspiraciones y una sociedad marcada por la dictadura tecnológica flotan en un pantano algo complejo pero bien presentado.

En su formato visual y rítmico, The capture nos lleva por las calles de Londres con el acostumbrado tono británico. Este título no es propenso a la acción desmesurada y sí a pedir paciencia y atención a sus espectadores. Así, también sin grandes excentricidades y manteniendo los límites, este thriller con tintes distópicos se presenta como una opción no alarmista, pero sí inquietante. Y, si vemos esta serie en compañía, el debate esta servido

Firma: Mar Pons