The bite

Nada de lo que vamos a ver en The bite nos hace pensar que estamos ante algo serio. De hecho, el tono, los propios personajes, la evolución y la sangre propulsada a chorro nos recuerdan constantemente que esto es una comedia, una sátira, una aproximación al terror por la vía del humor.

Así pues entramos en el edificio de estas dos mujeres supervivientes, de la pandemia y de la vida en general. Sus sueños puede que no sean los nuestros, pero las entendemos y las queremos acompañar. Su peculiar existencia se complementa y, juntas, consiguen lo imposible.

La historia es igual de loca, singular y desigual que sus personajes. Avanza a ritmo de gag y propone quiebros poco esperados y algo atolondrados. Nos enfrentamos a un escenario de fantasía, donde todo es posible y todo está permitido y donde solo los valientes sobreviven.

Así, en un plató cerrado por donde desfilan zombies, pacientes y clientela de prostíbulo, la cura del mundo está en manos de sus protagonistas. Un hecho increíble para un mundo también increíble.

Puede que la serie tenga sus fallos, puede que no sea un producto redondo, puede que no nos convenza su evolución pero, sin duda, sabe entretener, cuenta las cosas sin exceso (excepto de sangre) y propone una actitud más que optimista ante las dificultades.

Lo dicho, si no nos la tomamos en serio, The bite puede sorprendernos y divertirnos. Aunque, como advertencia, diremos que es un plato concreto, de cocina rápida, de consumo exprés y digestión ligera.

Firma: Mar Pons