Sospechoso

Aidan Turner (Poldark) se pone bajo la piel de un psicólogo que debe aprender a convivir con su enfermedad al mismo tiempo que afronta uno de los mayores retos de su vida: librarse de una condena por asesinato.

Los cinco capítulos que dura esta historia (basada en la novela de Michael Robotham) llevan a su audiencia por un mar de dudas. Así se consigue uno de sus principales retos: mantener la sospecha. A través de las cosas no dichas y las confesiones al límite, su audiencia formula hipótesis según la información que va adquiriendo.

Entre la psicología, la enfermedad, las motivaciones y una investigación que analiza poco a poco la vida de los personajes, la historia se desenvuelve a través de las sombras y la rudeza de algunas vidas. La permanente sospecha del investigador llega a ser irritante, pero consigue su efecto.

Además, destacan el gran trabajo de su protagonista y un guion que no engaña pero que va configurando la trama poco a poco. Esto da como resultado un título en el que se sufre pero del que también se disfruta porque es honrado y está muy bien tejido.

Firma: Mar Pons