Black Mirror: Bandersnatch

Bandersnatch es una experiencia más que una película. La historia es casi lo de menos y lo interesante es el juego que plantea su guionista, Charlie Brooker (creador de otros títulos de Black Mirror). En este caso, el protagonista (además de trauma personal, una compleja personalidad y una obsesión enfermiza) sufre las consecuencias de ser consciente de una manipulación externa. El espectador, al poco rato sabe que también está siendo manipulado (las alternativas son pocas y algunas llevan a caminos sin salida) por un elemento externo (sus creadores). Así se busca que sintamos algo parecido a lo que siente Stefan (salvando las distancias).

Bandersnatch es un experimento curioso de realizar, pero hay que invertir demasiado tiempo para llegar a un final irremediable (90 minutos que pueden convertirse en más de 200). Además, el hecho de intervenir en la trama y que nuestra elección no resulte la correcta produce cierto desanimo y nos despega de la historia. Con todo, hay que reconocer el original planteamiento y el trabajo previo de planificación y rodaje.

Para hacer la experiencia más real, la serie apuesta por referentes que algunos pueden reconocer. Por ejemplo, Bandersnatch es una criatura creada por Lewis Carroll que podemos ver en la adaptación de Alicia en el país de las Maravillas (2010). También, Imagines Software fue una empresa de videojuegos que quebró antes de poder sacar a la luz un juego de “Elige tu propia aventura” en el mismo año en el que se ambienta esta ficción. Por otro lado, esta entrega, hace guiños a otros capítulos de la serie Black Mirror y existe un final secreto al que solo se puede acceder desde dos de los cinco finales de la cinta.

Como curiosidad, Netflix ha puesto a disposición de los espectadores una versión real de Nohzdyve, el videojuego de 8 bits para equipos ZX Spectrum. Con esto hace un guiño al episodio de la temporada tres titulado Nosedive. (Al juego se puede acceder a través de un código QR pero no está adaptado para cualquier plataforma.)

En definitiva, son más la curiosidades a destacar de este título que su contenido. No obstante, en él sobrevuela la evidente alucinación sobre la manipulación de unos pocos y el debate sobre la predestinación y la libertad está servido. Ahora, solo nos quena entrar en el juego y sobrevivir a su locura.

Firma: Mar Pons