Berlín

El éxito de La casa de papel ha cosechado seguidores por todo el mundo. Una audiencia incondicional que, además de seguir todas las temporadas con avidez, ha participado en encuentros y ha consumido todo tipo de merchandising. Con este precedente no es fácil cumplir expectativas.

Sin embargo, sus creadores, Álex Pina y Esther Martínez Lobato, han sabido conformar un guión entretenido y dibujar unos personajes atractivos. Quizá, y lamentándolo mucho, Berlín se vuelve por momentos el menos apetecible de toda la trama. Pero para eso mismo están los repartos corales. Keila (Michelle Jenner), Damián (Tristán Ulloa) y Bruce (Joel Sánchez) compensan los momentos críticos y demasiado melosos de Berlín (Pedro Alonso) y Camile (Samantha Siqueiros), sin reprochar nada a su interpretación.

Es posible que los amantes de La casa de papel encuentren en Berlín una propuesta menos intensa. No obstante, se agradece que el producto, aún siendo hijo del éxito, tenga personalidad propia. Quizá es una personalidad más endeble, más luminosa, más cómica y más romántica, pero todo esto lo le resta ni eficacia ni atractivo.

Berlín es un producto en sí mismo, que marca un camino diferente y en el que los sentimientos románticos superan las ansias de dinero. En este sentido, quizá se fuerzan las tramas para que cada personaje tenga su “espacio amoroso” con lo que se pierde frescura y naturalidad narrativa.

Por último, el maravilloso entorno parisino, las secuencias más destacables de acción y emoción contenida, los aciertos cómicos y un grupo de personajes que se hacen simpáticos pueden ser suficiente para entretenernos frente a la pantalla y esperar una segunda temporada que mantenga, como mínimo, similares parámetros.

Firma: Mar Pons