Divertida y ácida comedia sobre el arte moderno y sus principales protagonistas.
Tanto los creadores como el actor principal han coincidido en títulos anteriores como El ciudadano ilustre, y la comedia es el género les que reúne una vez más. Bellas artes apuesta por la crítica osada hacia lo políticamente correcto, hacia el mundo de las artes visuales contemporáneas y hacia la burocracia del estamento público, pero tampoco abandona los juicios sobre posturas más íntimas como son la soberbia, la soledad o la discapacidad emocional.
Todas estas apreciaciones se llevan a cabo a través de unos personajes estereotipados hasta el extremo pero que, a la vez, tienen personalidad propia. Además, los diálogos y las situaciones que se nos presentan llevan en su ADN parte de originalidad, parte de sinsentido y una honradez incontestables. Todo suma en esta comedia en la que se viven situaciones surrealistas pero con las que hemos podido tropezar alguna vez.
Los hermanos Duprat (Nada) componen una comedia de formato ligero que contiene profundas verdades. Sin duda, su gran protagonista, Óscar Martínez, es el encargado de situarnos frente al espejo de determinadas actitudes o acciones humanas que rozan el ridículo y causan dolor, a uno mismo o a los que le rodean. Y este título se convierte así en un espacio también de reflexión.
El Museo Iberoamericano de Arte Moderno –lugar que puede considerarse un personaje más– es el sitio en el que confluyen personalidades y trabajos de lo más diversos. Este encuentro es una gran oportunidad para generar comicidad y configurar un sinfín de divertidas situaciones. Para ello, también se ha contado con intérpretes de la talla de José Sacristán o Ángela Molina.
Por último, Bellas artes incorpora interesantes ideas sobre la madurez, la dinámica de la vida, las dificultades para afrontar los cambios o la imposición de los veredictos que hace el mundo del arte sobre los objetos que se exponen y su, a veces, inevitable incomprensión por parte de los espectadores. Unos espectadores que, al final, no se sienten libres para juzgar u opinar sobre lo que ven.
Una primera temporada de seis capítulos para comprender o conocer mejor los entresijos de un universo que se escapa a la mayoría. Cada episodio propone un divertido escenario en el que se puede encontrar tanta comedia en su forma como verdad en su trasfondo.
Firma: Mar Pons
Antonio Dumas aspira a ser el director del Museo Iberoamericano de Arte Moderno (MIDAM). Pero, como él afirma, es viejo, es blanco, es hombre y es heterosexual, por tanto no reúne ninguna condición más allá de su larga experiencia en el mundo del arte.
Los astros se alinean para que Antonio consiga el puesto. Sin embargo, este es solo el principio de su lucha contra lo políticamente correcto, los tejemanejes de los poderosos y la vaciedad de algunos artistas modernos.
