Chica vampiro es una serie de fórmula común, pensada para una audiencia un poco más adulta de la que en realidad la ve.
Con unos cuantos años de retraso (cinco, para ser concretos), Chica vampiro llega a Disney Channel. Quizá es mejor así, ya que nos ahorramos el fenómeno fan adolescente en pleno fervor de las masas que causó su estreno y tener que asistir al Vampitour.
¿Un Vampitour?
Pues sí. Como viene siendo habitual desde que se descubrió la fórmula, los protagonistas que sueñan en la ficción con ser cantantes-bailarines de fama reconocida cumplen sus deseos en la vida real, si la audiencia así lo exige. Al igual que Luna, Patito y tantos otros títulos desde Hanna Montana (o puede que antes), Chica vampiro no es una excepción. Recurre a la música y al baile, cosa que atrae sin remedio a las pequeñas espectadoras, para conectar con unas tramas quizá un poco más adultas de lo que se merece su público. Y estas disciplinas se trasladan a la vida real en forma de giras mundiales en las que los protagonistas de la serie interpretan sus canciones y coreografías.
La serie no luce un especial presupuesto en efectos especiales, ni denota una particular atención en elaborar tramas originales. Tampoco destaca por unos personajes que no sean del montón y no olvida los clichés de siempre. A pesar de todo esto, Chica vampiro es salvable porque habla de la renuncia a uno mismo por el bien del otro, de la importancia de la unidad familiar, de la amistad desinteresada, de la honestidad, de la integridad y de la sinceridad.
Los adultos niños
Las historias de vampiros siempre han sido una buena fuente de recursos para la narración. Máxime cuando esos “chupasangre” han dejado de morder gracias a una fórmula química, viven con “normalidad” entre los mortales y se desplazan a su antojo entre los dos mundos.
Sin embargo, en esta telenovela juvenil colombiana no se aprovechan del todo las posibilidades que ofrece el universo de ultratumba y sus guiones se decantan por la comedia ligera adolescente. A su vez, los personajes adultos sufren episodios de infantilización y quedan ridículos ante ciertas actitudes, interpretaciones, caracterizaciones y reacciones. Una triste manera de querer hacer humor sin conseguirlo.
Serie de fórmula
En resumen, Chica vampiro es una serie de fórmula común, pensada para una audiencia un poco más adulta de la que en realidad la ve. Intercala buenos propósitos con inexplicables guiños para adultos. Posee buen ritmo y capacidad para entretener. Pero no destaca por ser una de las mejores ofertas juveniles.
Daisy O’Brien está de cumpleaños, nada más y nada menos que 16, y sus padres le han preparado una fiesta sorpresa. Pero ella solo puede pensar en Max… y en la cita que tienen esa misma tarde. Max De La Torre es el chico más guapo del instituto y su amor platónico. Daisy está segura de que su encuentro marcará un antes y un después en la vida de ambos.
Además, esta adolescente no es una chica cualquiera. Sus padres, Ulises y Ana, rondan los 300 años y son… ¡vampiros! La peculiar familia la completan el hermano pequeño de Daisy, Vicente, y la abuela materna, María. Ella es también una vampiro y, aunque su físico lleve a engaño, supera los 600 años.
Todo marcha bien en casa de los De la Torre. Ulises ha inventado un suero que les permite llevar una vida más o menos normal. Por eso no entienden que, ahora que ha llegado el momento decisivo de la “conversión” de su hija al mundo vampiro, ella renuncie a ser mordida por sus padres. Daisy prefiere seguir siendo una simple mortal.
Aunque desconcertado, el matrimonio respetará la voluntad de su hija y la fiesta sorpresa no pasará de ser una simple celebración más… o no.
