Mitre hace un trabajo sólido para adaptar una historia surrealista. El largometraje queda desnivelado y lleno de elementos vulgares pero, en su conjunto, supone una sorpresa agradable.
“La ley del mar dice que hay que proteger la vida”. Mediterráno es correcta a nivel técnico y, a nivel social, muy necesaria. Transmite la angustia de esta gran crisis humanitaria que inunda el mar Mediterráneo.
Emmanuelle Devos y Grégory Montel protagonizan una comedia sencilla y elegante basada en la disparatada relación de dos personajes muy distintos. Su originalidad recae en el sector en el que se sitúa: el interesante mundo de las fragancias.
La animación de Aurel es un producto interesante tanto por la técnica de sus dibujos como por la lección de historia que desprende. Aunque resulta costosa al inicio, es una película que merece la pena tener en cuenta.
Woody Allen retorna con su propuesta anual, esta vez enclavada en San Sebastián y su Festival de cine. Con todos los rasgos argumentales y estilísticos de su cine, el film mantiene alguna chispa y refleja otras algo agotadas.
La veterana Icíar Bollaín logra una comedia dramática, de tintes costumbristas, que mete de lleno al espectador en la problemática de la conciliación entre lo personal y lo vinculante hoy en día. Impecable el elenco.
Interesante y crudo drama sobre una adolescente que, durante las fiestas de verano de su pueblo va descubriendo el amor, la amistad, la sexualidad, la murmuración y los sueños rotos.
Sara Hirtt debuta en su primer largometraje, donde pone todo de su parte para dejar claro lo controvertidas que pueden ser las relaciones entre hermanos. De compás lento y con buenas interpretaciones, se trata de un estreno para miradas de tendencia intimista.
Siete pequeños cuentos de moralina gruesa. Algunos demasiado evidentes, otros sin pizca de sutileza y en conjunto… llegan tarde.
Ganadora del mejor guión en el Festival de Cannes, esta pieza la disfrutarán todos aquellos a quienes les guste el cine poético y no tragar algo muy masticado.