Shine (El resplandor de un genio)

Primer largometraje del documentalista Scott Hicks, ganador del premio Emmy por sus trabajos televisivos, aparte de ser un destacado director publicitario y de videoclips musicales. Enterado por la prensa del regreso de Helfgott a los escenarios, contactó con el célebre pianista y su esposa para adaptar su dramática vida. Autorizado y asesorado por el mismo biografiado (que le contó los traumas de su infancia y locura), el realizador escogió a un desconocido actor australiano, Geoffrey Rush, que además toca perfectamente el piano, para incorporar al protagonista. Rush es uno de los firmes candidatos al Oscar ’96 como Mejor actor.

Así, Scott Hicks ha realizado una película de estilo un tanto vanguadista (se nota su experimentación en la pequeña pantalla), perfectamente ambientada, con una banda musical que abarca el repertorio del que David Helfgott es especialista: Rachmaninov, Tchaikovsky, Chopin, Lizt…,u otros compositores románticos que supieron llegar a todos los públicos. En fin, que los amantes de la música clásica están de fiesta. Obviamente, Shine (subtitulada en España El resplandor de un genio) incide más en el carácter estético que en el análisis del contexto en que se desarrolló la dramática historia del pianista (cuya carrera profesional ha cobrado ahora un nuevo impulso con esta película). Es ahí donde podía haber sacado más partido el realizador, que ha caído en el psicologismo tradicional (con alguna concesión aislada) en aras de la crítica social o del testimonio histórico que permitía la original trama.

Sin embargo, esa ha sido una opción creadora que hay que respetar plenamente. Veamos, si no, lo que dice el propio director: “La película trata sobre el poder del amor, un sentimiento que puede destruirte o redimirte. Este sentimiento es el que da lugar al drama y explora áreas de la experiencia humana que nos afectan a todos. Creo que el público quiere dejarse llevar por la emoción y eso es lo que intento conseguir. En el fondo -añade Hicks (asimismo candidato al Oscar como Mejor director del año)-, esta es la historia de un ganador, un héroe fuera de lo común que, a pesar de todo, consigue lo que todos quisiéramos: encuentra su lugar en el mundo, y alguien con quien compartirlo, con quien compartir su vida, su música y el amor. La suya es una historia ejemplar ante la que nadie puede quedar indiferente”.

Este importante filme (aparentemente minoritario y también nominado para al Oscar de Hollywood) está teniendo una gran aceptación comercial, y el auténtico David Helfgott renueva su éxito en las salas de concierto de Londres, Bonn, Copenhague, Viena, Budapest, Nueva York… y anuncian sendos recitales en Los Ángeles, dos días después de los codiciados premios de la Academia. El arte cinematográfico puesto al servicio de la música y, por ende, de la misma historia.

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