Le Week-end

He aquí una película sutilmente inteligente que expresa, con un mensaje dotado de extraordinaria simplicidad y agudeza, el transcurso de los años de un matrimonio en un paréntesis de sus vidas. En este intervalo, que ellos mismos han escogido fuera de su contexto habitual, son capaces de ir desgranando uno por uno toda una serie de pequeños (o grandes) desamores que no hubieran sido capaces de poner a la luz en los contactos de su día a día habitual.

Roger Michell, experto director británico, a quien recordamos por éxitos cinematográficos tan notables como Nothing Hill (1999), ha puesto este nuevo tema en pantalla con gran ductilidad e innegable sentido emocional, huyendo voluntariamente de toda sensiblería; eso sí con la colaboración de dos actores de extraordinaria versatilidad interpretativa, como son el británico Jim Broadvent y la escocesa Lindsay Duncan, ambos grandes figuras de teatro y televisión.

Su estancia en la capital francesa, lejos de sus ocupaciones profesionales y del propio núcleo matrimonial, abre un paréntesis de insólita sinceridad, en la que críticas y loas se van contraponiendo hasta llegar a un punto de mutua comprensión, que imprime a sus vidas un nuevo motivo de esperanza e ilusión.

Una ilusión distinta en muchos aspectos de la que llevaba implícita su primer viaje de novios, pero dotada de una solidez y transparencia que los años de madurez imprimen con la convivencia diaria.

Un extraordinario “week-end”. Con lecciones.

Firma: Joaquín Guitart