En el punto de mira

Pete Travis, que ya dirigió una película sobre terrorismo del IRA, Omagh, se lanza a una trama sobre terrorismo internacional y con el mismo presidente de los Estados Unidos como objetivo. A pesar de que Travis afirma que su referencia es Rashomon de Kurosawa, su película no puede estar más lejos del espíritu del director japonés.

En el punto de mira es un juego de miradas cinematográficas tramposas, bien filmadas y con mucho espíritu de la saga Bourne pululando en las secuencias de persecuciones en coche. Sin embargo, el intento de magnicidio forma parte de una trama simple, llena de tópicos sobre presidentes heroicos y jefes de seguridad aún más valientes y arriesgados. Es decir, unos buenos buenísimos y unos malos malísimos. También es recurrente y algo patética esa utilización de personajes supuestamente anónimos, como el de Forest Whitaker o la niña perdida, para crear emociones fuertes y supuestamente cercanas.

Impecable en su factura visual, incluido un elenco de actores muy conocidos y de primera calidad, En el punto de mira pierde perspectiva en su contenido y en su ambientación. Como era inviable rodar todo lo que se tenía que rodar en Salamanca, se emplazó al equipo a la parte sur de la ciudad de México, donde se reconstruyó la plaza. Esa mezcla arquitectónica se nota porque, aunque la plaza está bastante bien recreada, hay algunos supuestos rincones de Salamanca que son más que imposibles, como el barrio árabe y algún que otro edificio. Como imposibles son esos salamantinos con trazos latinos que inundan la ciudad como sus supuestos habitantes de origen. Pero ya se sabe, por el espectáculo se ve que hay que sacrificar algunas cosas.

Extras DVD:

• Audio: catalán, español, inglés
• Subtítulos: español, inglés, portugués
• Comentarios del director
• Tráilers promocionales

Firma: redacció