Padre no hay más que uno

Santiago Segura dirige, escribe y protagoniza una película sorprendentemente alejada de Torrente, título que se le asocia sin poder evitarlo. Sin embargo, esta vez presenta una comedia familiar políticamente correcta y apta para todos los públicos.

En ella, interpreta a Javier, un marido-cuñado absorbido por el trabajo, pero que sabe perfectamente lo que hay que hacer y anima a su mujer a no ponerse nerviosa y a no ahogarse en un vaso de agua. Él deberá hacerse cargo de sus cinco hijos mientras ella parte de viaje; situación que inicia el film y el humor que sigue ininterrumpido hasta el final.

El reparto está compuesto por cinco jóvenes actores –dos de ellas hijas de Santiago Segura tanto en la película como en la vida real– y nombres conocidos como Toni Acosta, Leo Harlem o Sílvia Abril, así como también algún loco cameo. La inocencia de los más pequeños es lo que salva en varios momentos la –generalmente– forzada interpretación del elenco que, a pesar de todo, provoca carcajadas con muchas situaciones divertidas.

El recurrente relato de una familia numerosa funciona, como siempre lo ha hecho en la gran pantalla, sin novedad alguna, igual que la retahíla de chistes amables aunque quizá no del todo comprensibles para los niños. De todas maneras, la sencillez del guion no impide que sea un producto entretenido para todos.

Padre no hay más que uno es una propuesta familiar para el verano que cuenta con una trama bienintencionada, bromas graciosas, situaciones comunes a la vez que tiernas y un tono blanco que se agradece mucho.

Firma: Patricia Amat