Mia Madre

Moretti vuelve con Mia Madre, tras la dirección y en un papel secundario como actor. La película es su propio drama personal, además de una leve caricatura sobre el cine dentro del cine. La sutileza y realismo con que relata su intimidad es conmovedora, aunque a algunos les parecerá ciertamente lenta y anodina. Todo ello lo transmite el personaje principal –alter ego de Moretti– que interpreta Margherita Buy con emotiva contundencia.

Hay momentos en que el director se habla a sí mismo, ya que traslada a la pantalla su propio dolor por la muerte de su madre y refleja la visión que tenía de ella a través de los personajes. También muestra sus propias costumbres como director, de las que, en cierto modo, se ríe.

En cuanto a la forma, se evitan las reglas narrativas, pues se combina ficción y realidad; un mecanismo que conduce al espectador hasta tal punto que no distingue la diferencia (de inmediato) entre ambas.

Tanto por el tratamiento de la temática como por el modo de contarla, el film pide un público entusiasta de Moretti o dispuesto a experimentar un cine muy personal y sensible a temas humanos, aunque sin grandes sorpresas.

Firma: Begoña Arribas