La ruleta de la fortuna y la fantasía

La propuesta de Hamaguchi junta tres historias sin relación entre ellas, con su principio y su fin cada una, como si fueran tres cuentos diferentes de un libro de relatos. Aunque las situaciones no tengan conexión, los tres episodios tienen en común los mismos temas de fondo: el amor, las relaciones, los engaños y arrepentimientos o las casualidades.

Básicamente, el cineasta hace una exposición honesta acerca de las angustias de la clase media de la sociedad japonesa. Por ello, las tramas son cotidianas y el resultado de la cinta es humano y emotivo.

El problema es que es un producto irregular. Cada espectador conectará más con alguno de los capítulos, perdiendo interés en los otros. De esa manera, uno puede fascinarse con la primera parte y luego comprobar que el film se va desinflando poco a poco.

Lo que sí consigue el director es crear múltiples posibilidades a través del azar, algo que en otras películas podría parecer convenientemente forzado, pero en esta permite explorar escenarios diversos sin irritar al público. Así, se generan muchos momentos divertidos y otros más profundos que derivan de una coincidencia útil.

Finalmente, para la audiencia precavida, cabe mencionar que Hamaguchi es delicado en su composición del ambiente a la vez que inesperadamente alcanza altos niveles de sensualidad tan solo con la palabra.

Firma: Patricia Amat