La alegría de las pequeñas cosas

La alegría de las pequeñas cosas es una historia surrealista vestida de cotidianidad. Guiados por la voz del protagonista, asistimos a una serie de flashbacks en los que Paolo recuerda episodios de su vida. Así, lo vemos retratado como padre mediocre, marido repetidamente infiel y amigo interesado. A estos recuerdos se unen imágenes oníricas, fantasías del protagonista donde los errores cometidos se encarnan ante él (por ejemplo, al imaginar los comentarios de su funeral).

En estos minutos vividos a contrarreloj, Paolo descubrirá muchas cosas que desconocía sobre sí mismo: que no ha sabido ganarse la confianza de sus hijos, que no ha hecho un solo sacrificio por sus amigos, que sus caprichos han herido a su mujer. A medida que avanza la trama, el protagonista va acertando cada vez más en actitudes y palabras, hasta que lo vemos “redimido” y reconciliado con su historia.

El filme pretende ser “un retrato cubista de un hombre promedio”, en palabras del director y guionista Daniele Luchetti. Está libremente inspirado en la novela Momentos de inadvertida felicidad y su secuela, de Francesco Piccolo. Las interpretaciones de Thony y de Pierfrancesco Diliberto son perfectas, en su papel de gente ordinaria cuya vida transcurre en una ciudad de la costa italiana, luminosa y ajetreada.

Aunque el mensaje de la película –vivir el presente– es positivo, nos queda el regusto triste de haber presenciado una vida egoísta y desaprovechada. Una experiencia que, no obstante, nos lleva a cuestionarnos cómo trataríamos a nuestros seres queridos si supiéramos que sólo nos quedan noventa y dos minutos de vida.

Firma: Olga Nafría