Fuera de temporada

En una ambientación melancólica, con tonos fríos y paisajes salvajes, Stéphane Brizé coloca a sus protagonistas, también nostálgicos, y deja al espectador presenciar su reencuentro con un ritmo muy pausado. A esta lentitud, hay que sumarle el hecho de que la cámara se detiene demasiado ante la naturaleza y por ello el metraje se alarga más de la cuenta.

El cineasta retrata con cierta delicadeza el final de una relación y las crisis de la edad adulta. Esto lo hace a través de dos personajes que se replantean sus decisiones y fantasean con lo que podría haber pasado de haber elegido otros caminos. Por ello, la mayor parte del peso del film recae sobre Guillaume Canet y Alba Rohrwacher, que hacen un magnífico trabajo con sus papeles y diálogos.

A pesar de la seriedad de la temática, Brizé no abandona el sentido del humor y encadena algunas escenas divertidas. Sin embargo, la sensación general de tristeza, la falta de resoluciones, la mezcla de tramas y la longitud, hacen que, en conjunto, la película resulte un tanto pesada.

Firma: Patricia Amat