Éter

Llega el nuevo trabajo de Krzysztof Zanussi, el aclamado cineasta que reúne en su palmarés importantes galardones obtenidos en festivales como Venecia, Cannes y Berlín. Se caracteriza por ser un profesional ecléctico. De hecho, expresa su creatividad en múltiples formatos: televisión, documental, teatro e incluso ópera. Al mismo tiempo, toda su filmografía podría formar un género personal, “el género Zanussi”, ya que posee muchos simbolismos arraigados que le permiten construir un mundo cinematográfico propio. El sol, el alpinismo, la ética, la religión o la filosofía son algunas de las constantes del director, guionista y productor polaco, que destaca también por ser filósofo y físico.

Esto último nos hace pensar en el título, Éter, la substancia química por la que el doctor, brillantemente interpretado por Jacek Poniedziałek, siente verdadera ambición, hasta el punto de obsesionarse. Con ella quiere experimentar con humanos para dominar la mente y el cuerpo, un elemento que nos puede hacer pensar en hechos históricos posteriores como los regímenes autoritarios nazi y comunista. Para el protagonista, no existen límites en su laboratorio y es eso lo que pretende la trama: reflexionar sobre la borrosa línea entre ética y moral.

Como Fausto (2012) o El corredor nocturno (2010), Éter también está inspirada en el mito alemán de Goethe, una de las obras más admiradas de Zanussi. El médico representa al diablo de la leyenda, Mefistófeles, un ser no creyente que será capaz de vender su alma porque cree que no existe y, finalmente, descubrirá que estaba equivocado.

El largometraje se rige por un tempo lento, con escenas oscuras, planos ascéticos, sencillos y sin adornos, que contrastan con el epílogo, todo un giro de 180 grados. Si el final ya dejaba desubicado al espectador, la inesperada explicación final empeora la situación. Saca a la luz una historia que se ha ocultado a lo largo del film y que, francamente, no aportada nada al argumento.

Éter es perversa pero, a la vez, saca a relucir un destello de luz, un atisbo de bondad, y con esta película se cumple el dicho de que siempre hay algo bueno detrás de lo malo.

Firma: Silvia Blanco