Divino Amor

Divino Amor es cine experimental. Al igual que en su anterior film Bois Neus (2015), Gabriel Mascaro prescinde de la estructura convencional para mostrarnos los miedos de las personas, su corporalidad, su deseo de trascendencia y religiosidad que se mezcla con la angustia y culpabilidad.

Sin duda, un experimento fallido porque, tras un arriesgada puesta en escena, se intenta transmitir un mensaje confuso que, difícilmente, podrá captar el espectador, si no es con las claves de la interpretación del director… que parece que no tiene.

Estamos ante una película extraña y, por momentos, desagradable. Excepto la buena actuación de Dira Paes, todo lo demás parece un ejercicio de metraje alternativo sin demasiado acierto. Ya hemos señalado que el mensaje es confuso: una voz en off nos va contando los sentimientos de la protagonista con frases evangélicas, mientras trata de explicarnos lo que sucede en la trama. Todo demasiado explícito. Explícito como las escenas de sexo que nos muestra constantemente: largas y sin sentido. Igual que la cesárea real que puede herir la sensibilidad del espectador.

En resumen, Divino Amor parece, primero, una propuesta sobre el verdadero amor; más tarde un ataque a los sentimientos religiosos y, al final, no sabes qué estás viendo, ni parece que el director lo sepa muy bien. 

Firma: Llorenç Ramis