Cásate conmigo

Basada en la novela gráfica de Bobby Crosby, Cásate conmigo es una historia de amor actual que habla sobre la fama, el matrimonio y las redes sociales. Dibuja un retrato de lo que hay detrás de la vida de las celebridades.

Como de costumbre, la trama de las películas románticas tiene una estructura predecible que gira en torno al hallazgo de la persona perfecta y que culmina su final feliz con la boda.

Sin embargo, esta cinta cambia el orden de los factores sin alterar el producto. Aunque hay ciertos conatos de explorar qué es el amor verdadero y su relación con el matrimonio, el hilo argumental se queda corto y las ideas raquíticas. Esto también sucede con la voluntad de acercarse al público familiar, que se ve embotada por un aguacero de moralinas simples y una coreografía de intelecto y sensibilidad exiguas.

Su directora Kat Coiro (Colgados en Filadelfia, Muertos para mí), experimentada sobre todo en producciones televisivas, plasma todos los clichés que se podrían ver en un film de este género. Ahora bien, Coiro trata de dar una vuelta de tuerca con una crítica algo superficial al mundo de la popularidad y la obsesión por las redes sociales. Refleja así la total necesidad de exponer cada segundo de nuestras vidas para buscar la aceptación de los demás.

Visualmente, aprovecha el factor del espectáculo para trasladar al espectador a grandes presentaciones musicales a cargo, principalmente, de Jennifer Lopez. Su personaje no difiere mucho de su realidad: interpreta a una estrella del pop que no ha tenido mucha suerte en sus relaciones.

La notable química entre Owen Wilson y Jennifer Lopez consigue dirigir a la pareja hasta terrenos que llegan a resultar algo emotivos. Como se ha dicho, el largometraje reitera el clásico tópico de que dos individuos que no tienen nada en común pueden acabar enamorándose de verdad. De este modo, manifiesta que, a veces, la persona que creemos estar buscando es quien realmente conviene que esté en nuestra vida.

Firma: Irene Velasco