Agentes 355

Agentes 355 es una película de género y en ningún momento esconde sus pretensiones. Con una idea simple, explotada hasta la saciedad en otros títulos de acción, construye un relato basado en un grupo de mujeres con un enemigo común, que deben unirse para salvar el mundo. Si bien tenía el potencial de convertirse en una gran superproducción, taquillera y con un componente reformador al incorporar un elenco totalmente femenino en un género dominado por hombres, es cierto que se desinfla en la segunda mitad y se torna previsible.

Lo más destacable es ese reparto femenino, con gran química y muy por encima de un guion torpe y unos diálogos, a menudo, demasiado sencillos y masticados. Deslumbra el liderazgo de Jessica Chastain, la rudeza de Diane Kruger, la profundidad de Lupita Nyong’o y el desparpajo de Penélope Cruz, que aporta la vis cómica. El papel de Fan Bingbing queda algo indefinido, puesto que aparece en la parte final y cuesta verla como una más dentro del grupo.

El largometraje cuenta con grandes persecuciones y peleas, especialmente logradas gracias a un manejo de cámara inestable y vigoroso, así como a unas escenas de acción coreografiadas y editadas de manera rápida. No obstante, toda esta espectacularidad visual queda algo diluida, en parte por una falta de profundidad narrativa y emocional.

Respecto a la cuestión de género, es cierto que en estos últimos años existe una tendencia a producir acción capitaneada por mujeres para, de este modo, poner su empoderamiento sobre la mesa. Ejemplos de ello son las fallidas Viudas, Ocean’s 8 o el remake de Los ángeles de Charlie.

Si bien es importante dar espacio a voces femeninas, es algo irónico que Agentes 355 haya sido dirigida por un hombre, Simon Kinberg. Aunque en realidad, la cinta está producida por Jessica Chastain, que le propuso la idea después de trabajar con él en X-Men: Dark Phoenix.

En este sentido, la trama trata de normalizar la presencia de mujeres en el espionaje y, por eso, se agradece la oferta de unas protagonistas diversas, con distintas motivaciones y prioridades entre sí. Aun así, se plantea de tal forma que se entiende como un hecho extraordinario, puesto que siguen siendo hombres los que representan a los líderes de esas agencias. Asimismo, el film peca de redundancia y su mensaje social llega a ser contraproducente. Quizá si se centrara más en ahondar en sus personajes y en construir una historia carente de clichés su éxito y eficacia habría sido mayor.

Agentes 355 concluye anteponiendo una secuela y lo que podría haber sido una gran franquicia, pero se torna inmemorable; lo que no supone que no merezca la pena verla. Es una película entretenida, a la que no se le debe exigir más que pasar un buen rato.

Firma: Marta Vivas