Una maravillosa Haley Lu Richardson da vida a una paciente de fibrosis quística que, acompañada del personaje de Cole Sprouse, provocará el llanto del público en una historia llena de sentimentalismo.
A dos metros. Esa es la distancia mínima a la que pueden estar Will y Stella por padecer fibrosis quística, la enfermedad a la que Justin Baldoni da visibilidad en su primer largometraje. Y no solo lo consigue a través de los diálogos sino también gracias al canal de Youtube en el que la protagonista difunde información al respecto.
La premisa de una historia de amor entre adolescentes con enfermedades graves ya se ha visto muchas veces antes (Un paseo para recordar, Bajo la misma estrella, Ahora y siempre). Por ello, el film es poco original y bastante predecible. Además, está lleno de clichés como un romance imposible, el amigo gay, adolescentes con juicio adulto debido a la ausencia de padres… Y todo ello acompañado de forzados planos en emotivas escenas que manipulan al público para que suelte unas lágrimas.
Sin embargo, la propuesta cuenta con algunos aciertos como es el casting y una fotografía agradable. Haley Lu Richardson realiza una magnífica interpretación que logra transmitir efectivamente la dureza de sus circunstancias. Además, la química con Cole Sprouse –el chico rebelde– hace que la trama funcione a pesar de la falta de argumento. Tampoco desmerece el trabajo de Moises Arias que, aunque representa a un personaje muy típico, aporta simpatía y toques de humor.
Pese a que la película parece llena de buenas intenciones, el guion se centra en la relación romántica de los protagonistas, con lo que corre el peligro de llegar a banalizar la enfermedad, el sufrimiento que causa o su sentido. De esta manera, pierde también la oportunidad de ser una producción de más nivel y profundidad. No obstante, la cinta va un pequeño paso más allá que sus predecesoras y contiene alguna leve reflexión acerca de la muerte, la vida con una enfermedad terminal, el amor, y un consejo final para el espectador, quizá inesperado.
De todas maneras, no hay que olvidar que es un producto diseñado especialmente para adolescentes, a los que dirige con audacia –y sin vergüenza de que sean conscientes– hacia el llanto irremediable. Con un buen elenco, personajes que evolucionan poco y mucho sentimentalismo, A dos metros de ti es una oferta tierna y entretenida para quien no busque nada más allá de una dramática, plana y corriente historia romántica enmarcada en un hospital.
Firma: Patricia Amat
Stella padece fibrosis quística y tiene un canal de Youtube en el que habla acerca de su enfermedad. A menudo tiene que pasar temporadas en el hospital, por lo que conoce a gran parte del personal.
Un día, llega un chico rebelde con su misma enfermedad, que no piensa seguir su tratamiento. Ella, que tiene impulsos controladores, se propone conseguir que Will reanude su régimen. Durante el proceso, se enamora de él, pero no deben acercarse a menos de dos metros para no contagiarse infecciones mortales.
