Ahora y siempre

La semana pasada se estrenó en los cines Bajo la misma estrella, una película de temática similar –cáncer y amor en la adolescencia– con una fuerte campaña publicitaria. Aprovechando el tirón de esta cinta, se ha lanzado con dos años de retraso Ahora y siempre, que también es una adaptación literaria, en este caso de Jenny Downham.

Muchos títulos han abordado con acierto la difícil tesitura de aceptar de modo prematuro la muerte, como Un paseo para recordar –también ubicado en la adolescencia– o Vivir para siempre. Sin embargo, en Ahora y siempre confluyen demasiados clichés –chico guapo, rebeldía adolescente, enfermedad, lágrimas, música pop y escenas románticas idílicas– para gustar a su público objetivo.

Aún así destacan, sin llegar a salvar la película, la trama secundaria con su mejor amiga o la difícil relación con su padre quien, a diferencia de la tónica habitual y tópica, se encarga de su cuidado, mientras que la madre está más ausente y es menos capaz de afrontar la situación.

Aunque en el inicio de la película parece que el único paliativo ante una inminente muerte es el escapismo propio de la sociedad consumista (sexo, drogas y rock’n roll), al final se comprueba que lo más importante es la familia unida, a pesar de la separación de los padres. No obstante, no se encuentra ni un ápice de trascendencia en toda la trama.
 
Firma: Montserrat Bros