La autoestima es básicamente la valoración que tenemos de nosotros mismos: cómo nos sentimos con respecto a nuestra manera de ser y de comportarnos. Es como una calificación que nos ponemos en secreto. La autoestima está estrechamente ligada al respeto y la confianza que nos tenemos a nosotros mismos. Tener una buena autoestima es una pieza clave para nuestra calidad de vida porque afecta cómo actuamos, nos relacionamos, sentimos y pensamos. Por eso, es importante ser conscientes de cómo está nuestra autoestima y la de quienes nos rodean, para asegurar que tengamos una buena calidad de vida.
Una persona con una autoestima sana tiene más herramientas para tomar mejores decisiones en el futuro. Además, es más probable que tenga relaciones equilibradas y saludables, con menos dependencia emocional o necesidad de aprobación de los demás. Una persona que se acepta tal y como es tiende a sentirse feliz y satisfecho, y se siente merecedor de sus logros. Esta confianza interna también le hace más capaz de recuperarse de las adversidades y demuestra una mayor resiliencia ante los desafíos de la vida.
El proceso de autoconocimiento
Como padres o docentes que queremos trabajar la autoestima de nuestros hijos o alumnos, es fundamental trabajar el autoconocimiento. Para evaluar nuestra autoestima, primero debemos conocernos: identificar nuestras fortalezas, debilidades, talentos y motivaciones.
Es común que los adolescentes tengan dificultades para responder a preguntas de autoconocimiento. Ahí es donde nosotros, como padres, docentes o tutores, entramos en juego, ayudándolos a descubrir todo eso. Es importante hacerles ver las “máscaras sociales” que usamos para encajar en diferentes grupos y que a veces nos impiden conocernos de verdad.
¿Cómo se puede ver afectada nuestra autoestima?
En el pasado, la gente se comunicaba a través de cartas. Luego, llegaron los ordenadores y ahora tenemos acceso en todo momento a dispositivos electrónicos con internet. Miles de aplicaciones y redes sociales impactan nuestro cerebro día tras día y, por ende, afecta directamente a nuestra autoestima. El problema surge con el mal uso que niños y jóvenes (y también adultos, por supuesto) hacen de redes sociales como Instagram, Snapchat y TikTok, debido a su falta de madurez.
Como padres y docentes, debemos tener claro que la corteza prefrontal, encargada de funciones como la toma de decisiones y el control de impulsos, no se desarrolla completamente hasta los 25 años. Por tanto, estamos exponiendo a nuestros jóvenes a contenidos y estímulos que aún no están preparados para asimilar críticamente. Sin embargo, también pienso que es una oportunidad para desarrollar su pensamiento crítico y creatividad, y ayudarlos a entender la importancia de vigilar el tipo de contenido que consumen.
Las redes sociales acostumbran a fomentar en los adolescentes comparaciones y metas poco realistas, generando inseguridades que provocan ansiedad y frustración. La autoestima es como una planta que necesita ser nutrida con cosas que nos aporten y nos ayuden a descubrir nuestros talentos. Preguntémonos: ¿a quién tienen de referente actualmente nuestros hijos e hijas en las redes sociales? ¿Por qué no explorar nuevas propuestas que aporten valor en lugar de entretenimiento barato?
Redes sociales, videojuegos, series y programas de TV
Las redes sociales y los videojuegos pueden generar adicción debido a la constante liberación de dopamina, el neurotransmisor del placer. En cuanto a los videojuegos, series y programas de TV, es crucial vigilar el contenido que consumen nuestros hijos.
Esto impacta no solo su comportamiento, sino también cómo se sienten. A menudo, los jóvenes se comparan con los protagonistas, creando estereotipos falsos y perdiendo sensibilidad frente a la violencia.
Nuevas formas de comunicación
Con la llegada de nuevas tecnologías, vemos un claro deterioro en las habilidades sociales y una gran falta de empatía. Aplicaciones como WhatsApp pueden generar malentendidos y dinámicas negativas como el ciberbullying y el orbiting. ¿Cómo se siente un adolescente si ve que sus amigos han creado un grupo en WhatsApp y no lo han incluido? ¿O cuando lo dejan en visto?
Algunas claves para acompañar y potenciar la autoestima:
Es vital formarnos como adultos y crear un ambiente cálido y de escucha en casa para conocer con quién hablan nuestros hijos, a quién siguen y qué tipo de contenido consumen día tras día. Aquí os dejamos algunas claves para acompañar y potenciar la autoestima:
- Conocimiento personal
- Aceptarnos tal y como somos (sin justificar lo que podemos mejorar)
- Descubrir nuestros talentos y habilidades.
- Cuidar la salud física y mental.
- Pensar qué nos hace diferentes y especiales, y usar esos talentos para ayudar a los demás. Sentirse útil aumenta la autoestima.
Reflexión final
La autoestima está íntimamente relacionada con el respeto, tanto hacia nosotros mismos como hacia los demás. Todos somos responsables de la autoestima de quienes nos rodean. Eduquemos y tomemos conciencia de esto.
Espero que esta información te sea útil y te ayude a fomentar una autoestima sana en un mundo lleno de pantallas.
Firma: Manuela Gnecco
Psicóloga y psicopedagoga