The Last of Us Parte I

La crítica del principiante

A lo largo de los años hemos analizado grandes videojuegos, pero solo algunos permanecen en nuestra memoria. Es el caso de The Last of Us, título desarrollado por Naughty Dog en PS3 y que tuvo una continuación -menos brillante, todo sea dicho- en PS4. Ahora, el título original llega en PS5 con un remake brillante. ¿Valdrá la pena?

Una aventura única

Los chicos de Naughty Dog son los creadores de videojuegos icónicos como Crash Bandicoot, Jack and Daxter, Uncharted o The last of Us. Cuarto sagas fundamentales en la historia de PlayStation y que han unido a varias generaciones de jugadores. Hoy nos centramos en la última de ellas, que recibe un remake en toda regla.

La de Joel y Ellie es una historia de supervivencia, dolor, desesperación, pero, sobre todo, de amor y amistad. Sin pretender destriparos el argumento, diremos que nos encontraremos en un futuro cercano en el que, sin saber por qué, la gente está siendo infectada por un virus que los transforma en mutantes muy extraños. El hecho es que, tras una experiencia traumática, Joel conocerá a Ellie, quien parece ser inmune al virus.

Con ese pretexto comenzará una aventura en la que se forjará una gran amistad, así como una relación puramente paterno-filial. Pero The Last of Us no es una historia dulce, sino todo lo contrario. Su crudeza también nos mostrará la bajeza del ser humano y cómo este hará lo que sea por sobrevivir (traición, odio, desconfianza…). Podríamos decir que el juego aún valores y contravalores a partes iguales en una historia profunda y de las que tocan la fibra.

Si tuviéramos que buscar una propuesta parecida, no sería sencillo. Realmente, poco tiene que ver con juegos de zombies como Resident Evil o Silent Hill -más centrados en la acción o en el terror-. En la televisión, hemos visto series como The Walking Dead -la serie en la que los no-muertos han desolado el mundo -, aunque esta es más fría. Comparten, eso sí, la sensación de soledad, pesimismo y de ausencia de objetivo más allá del de sobrevivir.

En The Last of Us, por su parte, lo que prima no es el susto ni la tensión sino, como decíamos, sino el trasfondo de su historia, así como esa esperanza que aporta luz a la historia. En gran medida recuerda a The Road, la película protagonizada por Viggo Mortensen.

Mucha acción y exploración

En el apartado jugable, el juego es una aventura de acción. Desde el minuto uno (y después de los tediosos minutos iniciales donde todo es muy lento) tenemos que avanzar sin descanso en fases divididas en capítulos. Todo se centra en la acción pura y dura -aunque en ocasiones es mejor usar el sigilo-. Recuerda a Uncharted en estas fases, pero se echa de menos más exploración, que aquí se limita a encontrar algún objeto o un botiquín.

Cambio de generación

El verdadero reclamo de este remake es ver el salto gráfico respecto al original. Todo se ha rehecho desde cero. Esto se traduce en que las animaciones han mejorado considerablemente, así como los efectos de luz, los mapas… Básicamente es el mismo juego, pero mucho mejor hecho.

La pregunta que nos ronda es, ¿vale la pena volver a jugarlo? Pues dependerá en gran medida de si ya disfrutamos de la aventura original. Es cierto que incluye algunos extras interesantes, como el dlc Left Behind (que amplía un poco la historia) o algunos modos de juego (como el modo foto o uno en el que si morimos, tendremos que empezar de nuevo), pero son meramente anecdóticos.

Lo mejor:

Un juego atemporal con gráficos actuales.
Historia profunda y dura que refleja lo mejor y lo peor del ser humano.

Lo peor:

Es básicamente el mismo juego, sin grandes novedades.

Conclusiones:

The Last of Us Remake nos trae de vuelta una de las mejores y más emotivas aventuras que hemos vivido en los últimos años. El nuevo apartado gráfico aumenta el grado de realismo y el nuevo mando de PS5 genera sensaciones jugables espectaculares -gracias a los gatillos adaptativos o a la retroalimentación háptica-. Eso sí, no esperéis novedades jugables.

En cuanto a al contenido, es un título duro, oscuro y violento. El argumento triste y tétrico, con una visión desoladora de la vida muy acentuada. Es cierto que hay valores positivos, principalmente centrados en los personajes, pero la sensación de negatividad impera en el juego. En lo jugable, como dijimos en su momento, hubiéramos preferido más exploración y menos disparos. Su historia es compleja y cruda, al igual que el sistema jugable y las animaciones reflejan perfectamente esa crudeza. Con todo, es un título catalogado para mayores de edad.