MotoGP25 es una entrega tan continuista en su esencia como innovadora en algunos aspectos.
La crítica del principiante
Milestone no falta a su cita anual con el motociclismo y nos presenta la nueva entrega de la saga MotoGP. A diferencia de otras ediciones, excesivamente continuistas, la de este año sorprende con un estilo más acogedor para todo tipo de usuario y algunos extras que nos han gustado mucho.
Una entrada más suave al paddock
El primer gran acierto de esta entrega es el nuevo modo arcade, una opción de control mucho más sencilla y directa que la simulación clásica. Para quienes nos sentimos desbordados por la precisión extremas y realistas, este sistema arcade funciona de maravilla. Las curvas ya no son castigos constantes por errores mínimos, y puedes concentrarte más en disfrutar de la carrera que en preocuparte por la configuración exacta del freno motor o la temperatura del neumático trasero. Sin ir más lejos, las primeras sensaciones en MotoGP 24 eran frustrantes, aunque no jugaras en la categoría máxima. Cada curva, cada frenada, suponía caerse al suelo. La curva de aprendizaje era mu satisfactoria pero también muy lenta. Ahora eso ha cambiado aunque eso no es sinónimo de juego fácil: si te despistas, acabarás saliéndote de pista igual. Pero el castigo no es tan severo, y eso, para los que venimos a disfrutar sin querer convertirnos en ingenieros, es de agradecer.
Más variedad, sin perder el rumbo
MotoGP 25 sigue siendo tan completo como sus predecesores. Modo Trayectoria, Campeonato, Contrarreloj, Academia, multijugador online con crossplay (excepto en Switch) y pantalla partida… Todo lo clásico repite una edición más. Pero este año el modo trayectoria ha ganado una capa más de profundidad. Podemos empezar desde cualquier categoría, gestionar la evolución de nuestra moto con ayuda de los ingenieros, e incluso desarrollar rivalidades con otros pilotos que afectan a su comportamiento en carrera. Son pequeñas mejoras que ayudan a que la Trayectoria se vuelva más realista.
Además, se han añadido sesiones de entrenamiento con nuevas disciplinas que conectan directamente con una de las grandes novedades: el modo Race Off. Aquí abandonamos el asfalto de MotoGP para meternos en carreras tan diversas como Flat Track, Motard y Minibikes, cada una con su propio estilo, sensaciones y circuitos (de tierra y asfalto). Es cierto que se nota que es un modo extra en profundidad y variedad de pistas, pero rompe la rutina y ofrece una forma distinta de disfrutar de las motos de manera distinta.
Pequeñas mejoras visuales, mayor realismo en pista
Pese a que no implica un salto visual exagerado, lo cierto es que se notan mejoras en iluminación y detalles en los modelos de los pilotos. Mención especial a las repeticiones, que en momentos parecen sacadas de una retransmisión de televisión real. Eso sí, las animaciones del modo Trayectoria siguen siendo robóticas y torpes. Cada año lo repetimos pero no hay mejora: el modo Trayectoria tiene que renovarse en muchos aspectos.
Lo mejor:
La nueva forma de disfrutar del juego, más sencilla y directa.
Los nuevos tipos de carreras aportan variedad y frescura.
La cantidad de contenido.
Lo peor:
El modo Trayectoria sigue necesitando un lavado de cara más profundo: mejores animaciones fuera de la moto, mayor sensación de naturalidad y realismo…
Conclusiones:
MotoGP 25 no reinventa la rueda, pero sabe perfectamente a quién quiere llegar. Con un nuevo modo arcade que facilita la jugabilidad sin comprometer del todo la exigencia, y con modos como Race Off, que aportan variedad, esta entrega es probablemente la más jugable hasta la fecha.
Vuelve el gran simulador de motociclismo con una nueva entrega que lo acerca al gran público y que consigue innovar lo necesario. Así es MotoGP 25.