Metroid Dread supone el regreso de esta mítica saga que combina con maestría distintos géneros.
La crítica del principiante
Desde que se publicara el último Metroid para Game Boy Advance, no habíamos vuelto a recibir ningún juego oficial de la saga. Es cierto que se han publicado compilaciones (como la de Wii) o remakes excelentes (como el gran Metroid: Samus Returns para 3DS). Ahora, por fin, le toca el turno a una nueva aventura intergaláctica que, por si fuera poco, ha sido desarrollada por el estudio madrileño Mercury Steam.
Removiendo el pasado
Por si no conocéis el arco argumental, os diremos que la última entrega nos dejó con el buen sabor del trabajo bien hecho. Los peligrosísimos parásitos X habían sido erradicados de una vez por todas. Sin embargo, parece que esto no está del todo claro. Por ello, en Metroid Dread, Samus viajará al planeta ZDR para corroborar si tal amenaza puede seguir existiendo. Allí vivirá una peligrosa aventura de pura supervivencia.
Una aventura que combina muchos géneros
Definir cómo es Metroid Dread es complicado, puesto que es un título que abarca muchos géneros. Por un lado, se trata de una aventura de acción en la que deberemos enfrentarnos a todo tipo de monstruos gracias a un buen arsenal y habilidades de lo más variopintas. Por otro, se trata de un juego de plataformas en dos dimensiones -nos movemos de izquierda a derecha por escenarios relativamente pequeños- en el que deberemos salvar obstáculos, plataformas imposibles, colgarnos de cualquier saliente, etc. Además, también introduce numerosos puzles y secretos escondidos. Esto se traduce en que deberemos accionar mecanismos para desbloquear nuevas zonas pero también repasar loas escenarios en busca de nuevos gadgets y extras.
Por último, su estilo laberíntico nos hará repasar el mapa una y otra vez para dar con la clave que nos permita avanzar. Este mapa jugable -que ya hemos visto en juegos como Hollow Knight, Batman Arkham: Blackgate, Chasm, etc.- le sienta genial a Metroid Dread y, si bien en ocasiones nos sentiremos perdidos, consigue que no tengamos en ningún momento la sensación de monotonía.
Acción sin freno
En esencia, Metroid Dread nos propone acción pura y dura, pero sin resultar especialmente violenta. La evolución de nuestra protagonista y la adquisición de nuevas habilidades van de la mano de las modificaciones que van experimentando los escenarios. Por todo ello, en ningún momento nos ha dado sensación de repetitividad.
Asimismo, para crear una mayor sensación de angustia o tensión, cada cierto tiempo nos encontraremos con los E.M.M.I, unos terribles robots ante los que no podremos hacer nada para defendernos y que nos perseguirán sin descanso. Ante ellos, la única opción será huir.
Por último, los “bosses” o jefes finales de zona nos han parecido de lo más acertados. Combates estratégicos, complejos y largos.
Lo mejor:
Aventura muy variada.
Los E.M.M.I aportan un extra de tensión.
Lo peor:
La historia podría estar mejor trenzada.
Algunas fases nos dejan sin saber qué hacer.
Conclusiones:
Metroid Dread supone el notable regreso de una de las sagas más queridas por los usuarios de Nintendo. Es un título muy competente tanto en lo jugable como en lo visual y domina con maestría todos los géneros que toca. Solo una duración algo reducida y una historia que se diluye, le apartan de las mejores entregas de la franquicia.
En cuanto al contenido, está catalogado para mayores de 12 años pues, pese a tratarse de un juego no excesivamente violento, resulta complicado y que nos hará estar tensos.
Nintendo ha sabido sacar provecho de la mayoría de sus sagas casi como nadie. Súper Mario, Donkey Kong, Zelda o Kirby han recibido nuevas entregas con asiduidad en cada una de las consolas que se han comercializado. No es el caso de la mítica saga Metroid, de la que llevábamos la friolera de 19 años sin recibir una nueva entrega. Ahora, por fin, nos llega Metroid Dread, la nueva aventura de Samus Aran. ¿Estará a la altura de su legado?
