La crítica del principiante
La saga God of War es una de las más conocidas y vendidas del universo PlayStation. Desde que debutara en aquella lejana PS2, todas las consolas de Sony han tenido varias entregas, portátiles incluidas. Ahora llega el primer juego exclusivo para PS4. ¿Ha perdido su identidad? ¿A qué público se dirige? Aquí os lo presentamos.
Una aventura que bebe de los referentes
Para aquellos que no conozcan God of War, deben saber que se trata de un juego de acción basado en la mitología griega en el que encarnamos a Kratos, un espartano traicionado por los dioses que, tras cometer un terrible crimen, decide cobrarse venganza contra el Olimpo. Este es el pretexto de una aventura frenética, violenta y muy visceral en la que machacábamos botones como locos a la vez que resolvíamos algún sencillo rompecabezas.
Después de no pocas entregas, la saga se ha reformulado, cambiando bastante en todos los sentidos pero conservando la esencia que la caracteriza.
Para empezar, podríamos decir que God of War deja de ser un hack ‘n Slash (o un machaca botones de toda la vida) para ser una aventura de acción para mayores de edad. No es de extrañar que recuerde a títulos como Rise of Tomb Raider, Dark Souls y hasta The Last of Us –tres de los referentes del momento-. Estos cambios provocan que haya perdido parte de su identidad, aunque no de la espectacularidad a la que nos tiene acostumbrados.
Aventura y acción
Para empezar, la acción es mucho más pausada que en otras entregas de la serie. Repetimos, se trata de una aventura gigantesca en la que hay muchas cosas por hacer. La cámara situada detrás del protagonista, ya nos lo deja entrever. Así, su sistema jugable nos abre un gigantesco mapa por explorar con decenas de tareas secundarias por descubrir y una historia principal bastante bien elaborada y que explicará qué pasó con Kratos tras consumar su venganza y por qué ahora ronda las tierras del norte.
Y es que el título se centra esta vez en la mitología nórdica, siendo un mundo muy poco explorado hasta ahora y que da mucho juego por sus gigantescos personajes fantásticos. Además, una figura muy especial cobra gran protagonismo: Atreus. Se trata del hijo del protagonista y nos acompañará durante toda la aventura como personaje de apoyo. Sin embargo, su papel no será testimonial, sino que nuestra relación con él variará a medida que avancemos y será profunda e intensa. En este sentido recuerda mucho al tándem formado por Ellie y Joel en The Last of Us.
Como decíamos, ante nosotros se abre un enorme mapa que exploraremos a nuestro antojo y que nos permitirá conocer nuevas zonas conforme ganemos ciertas habilidades o completemos misiones secundarias. Remarcamos que es muy interesante este planteamiento a lo Tomb Raider porque permite disfrutar de la aventura principal o perdernos a explorar si lo deseamos.
Centrándonos en las misiones principales y secundarias, en su mayoría se resuelven con combates que, en esta ocasión, son más estratégicos que en anteriores ocasiones. Hemos perdido por el camino las espadas del Kaos de anteriores entregas y ahora empuñamos un hacha como si del mismo Thor se tratara. El estilo de acción es más parecido al de Dark Souls, siendo más pausado y teniendo que combinar adecuadamente los ataques, la defensa y el uso de magias y habilidades. Tiene muy poco que ver con lo visto hasta ahora. En lo que no cambia un ápice es en lo grotesco y lo brutal de las escenas ingame que acompañan a dichos combates. Decapitaciones y demás que, si bien se aplican a criaturas monstruosas, no dejan de ser excesivas e innecesarias.
Por otro lado, en esta ocasión tenemos muchos más puzles que antes. Por lo general son sencillos y requieren, o bien combinar habilidades con Atreus, o bien mover un objeto o lanzar nuestra arma al punto exacto. Aportan la suficiente variedad en el desarrollo. Por último, la oferta se completa con un sistema de progresión como si de un juego de rol se tratara (incluso recordará al último Assassins Creed).
Solo para mayores de edad
La saga God of War siempre se ha caracterizado por dirigirse al público adulto. Hasta la fecha han sido juegos violentos, intensos, sangrientos y brutales y con un toque sensual en ciertas escenas bastante sobrante. En esta ocasión, se reformula bastante y, si bien sigue siendo muy explícito y brutal en las animaciones de los combates, se modera bastante en la intensidad de los mismos y en los aspectos sensuales.
Como punto a su favor destaca la relación paterno-filial entre Kratos y su hijo, mucho más profunda de lo que suele ser propio en la saga. Se trabajan ciertos valores positivos y enseñanzas. Ya no se queda en la venganza sin más. Todo es un aprendizaje.
Lo mejor:
Aventura gigantesca, con muchísimas posibilidades.
Recoge influencias de los juegos más de moda.
La mitología nórdica es muy interesante y está muy poco explorada.
Lo peor:
Pierde bastante la esencia clásica.
Sigue siendo excesivamente explícito.
Conclusiones:
God of War es uno de los vende consolas más importantes de Sony –con permiso de Uncharted, The Last of Us, Horizon…- y, tras cinco años de pausa, se reformula con una entrega que absorbe influencias de los juegos más importantes de la generación actual, creando una aventura de acción colosal en la que los puzles, el argumento y la exploración gana mucho peso. Por lo tanto, esta propuesta nos parece más interesante y adecuada que las anteriores. Eso sí, está dirigido exclusivamente al público más adulto, tanto por la violencia en la propuesta como por el estilo de narrativa.
Llega el nuevo God of War, uno de los títulos más significativos de PlayStation y que regresa tras 5 años con un reinicio total.
