Un juego al estilo Mario Party con divertidos minijuegos pero un ritmo muy lento.
Los juegos sociales son ideales para pasar un rato con la familia o los amigos. Por lo general, suelen ser títulos simpáticos, sencillos y muy variados. Entre la gran oferta existente, encontramos un título de referencia: Mario Party. Y, precisamente en este, se basa el nuevo Garfield Lasagna Party.
La crítica del principiante
El gato Garfield ha vivido un sinfín de aventuras desde hace más de cuatro décadas. Y en esta ocasión es el encargado de protagonizar un social party – o juego social- para toda la familia. La base es idéntica a la de Mario Party: disputamos partidas de tablero -como si fuera un juego de mesa- que vienen aderezadas con minijuegos al final de cada turno.
Así, la dinámica es la propia del género: en primer lugar, cada personaje lanza el dado y avanza por el tablero; cada casilla en la que caemos tiene unas características distintas. Acabado el turno de todos, comienza un minijuego aleatorio. El objetivo final es conseguir el mayor número de lasagnas para ganar la partida.
El principal problema es que las partidas se hacen bastante lentas y un tanto tediosas. El ritmo de las tiradas es pausado y están repletas de condicionantes que nos hacen avanzar y retroceder una y otra vez. Pese a que la idea es buena, se hacen repetitivas y algo caóticas. Por otro lado, tan solo disponemos de un único tablero, lo que limita mucho la acción, pues no tenemos variedad alguna.
Los minijuegos
Estos sí resultan divertidos y variados. Eso sí, son muy similares a los que ya hemos visto en otros títulos del estilo. Principalmente los minijuegos de este Lasagna Party se basan en la habilidad, si bien el nivel de exigencia es limitado. Ahora bien, pensamos que no deberían centrarse tanto en la habilidad al mando, pues los hacen algo complicados para los más pequeños. En juegos como Rabbids Party, la mezcla entre tipos de minijuegos es más variada y equilibrada.
De todos modos, resulta mucho más divertido disputar torneos de minijuegos que las partidas completas sobre el tablero.
Lo mejor:
Los minijuegos son muy entretenidos y variados.
El universo de Garfield siempre es agradable.
Lo peor:
Ritmo muy lento de las partidas.
Solo hay un tablero de juego.
Conclusiones:
Garfield Lasagna Party es un divertido social party, ideal para jugarlo en familia o con amigos. De todos modos, en comparación con otros títulos del género, queda bastante por detrás. No tiene variedad de tableros, pocos personajes jugables -solo cuatro- y el ritmo de juego es muy lento.
Llega un nuevo juego social a lo Mario Party basado en las aventuras del intrépido Garfield. Así es Garfield: Lasagna Party.
