El regreso de un clásico que marcó a toda una generación
La crítica del principiante
Después de años de silencio, Commandos vuelve a la carga con Origins, una precuela que nos lleva a los inicios del equipo más famoso de los videojuegos de infiltración. Si creciste con el original, además de tener unas cuantas arrugas, prepárate para un viaje cargado de nostalgia… y también de muertes absurdas por no guardar a tiempo.
Vuelve lo clásico, con truquitos nuevos
En esta entrega no controlamos a cualquier pelotón, sino al equipo original que ya nos sabemos de memoria: el boina verde, el espía, el conductor, el francotirador, el artificiero y el marine. A lo largo de 14 niveles bastante largos, nos toca infiltrarnos en bases enemigas, rescatar rehenes o sabotear instalaciones, todo sin que nos pillen. La fórmula no ha cambiado mucho, y eso es lo bueno: sigue siendo un juego donde pensar bien cada paso es la clave.
La cámara ahora se puede girar y acercar, lo que ayuda mucho a planificar nuestros movimientos. Además, tenemos la opción de parar la acción y dar órdenes a varios personajes a la vez, lo que nos permite hacer esas jugadas épicas de eliminar a varios enemigos al mismo tiempo sin levantar sospechas.
Cada misión es un puzzle
Cada misión nos propone una situación y unos personajes para resolverlas. Lo divertido es que cada uno tiene habilidades muy marcadas, como el espía que se disfraza o el marine que puede usar una lancha para colarse por la costa. Saber cuándo usar a cada uno es parte del reto.
Eso sí, el juego no perdona. Los enemigos tienen conos de visión que hay que estudiar al milímetro, y si nos pillan, saltan las alarmas y todo se descontrola. Lo peor: no hay guardado automático, así que hay que ir grabando cada poco si no queremos repetir medio mapa por un despiste. ¿Os parece raro? Esa es la gracia de los juegos con sabor retro.
Un gran regreso al pasado, pero no perfecto
La verdad es que nos ha gustado mucho el respeto que se ha tenido por el estilo original. Desde la estética con aire clásico hasta las voces en español que nos hacen soltar una sonrisa.
Pero también hay que decir algunos puntos a mejorar. Aunque no sea lo principal, lo cierto es que gráficamente parece un juego de hace unos años. No es por su estética retro, sino porque el motor gráfico es justito. Además, tiene algunos bugs un tanto molestos. Aun así, es una gran propuesta.
Conclusiones:
Commando Origins es lo que se esperaba de él: estrategia con sabor retro, infiltración milimétrica y partidas en las que morimos muchísimas veces. Aunque el juego no es perfecto, mantiene la esencia de siempre. Eso sí, va dirigido claramente a todos aquellos que crecimos con boina verde y compañía.
La nueva entrega de la saga Commandos aúna todo lo necesario: innovación, nostalgia y mucha calidad.