Una propuesta enfocada a los más peques pero con muy poco que ofrecer.
Si hay una serie que ha conquistado a familias enteras en los últimos años, esa es Bluey. Con su encanto, su humor y su capacidad de emocionar tanto a niños como a adultos, no es de extrañar que tarde o temprano diera el salto al mundo de los videojuegos. Bluey: El Videojuego busca trasladar la esencia de la serie a una experiencia interactiva para que los más pequeños puedan jugar con sus personajes favoritos. Pero, ¿consigue estar a la altura?
Una licencia muy poco explotada
Desde el primer momento queda claro que este es un juego pensado para el público infantil. La historia es sencilla: acompañamos a Bluey, Bingo, Chilli y Bandit en una pequeña aventura para encontrar un tesoro escondido. Podemos jugar solos o en cooperativo local con hasta cuatro jugadores, lo que hace que sea una opción ideal para jugar en familia.
El juego nos propone explorar escenarios como la casa de los Heeler o el parque, mientras participamos en algunos minijuegos como El suelo es lava o A la caza de Charlatán. Son actividades entretenidas, pero bastante simples y sin demasiada profundidad. Además, la aventura principal se puede completar en menos de dos horas, lo que deja una sensación de que el contenido es algo escaso.
Por otro lado, el control de los personajes es fácil de entender, pero tiene algunas imprecisiones, especialmente en los saltos. No es un juego difícil, pero este pequeño problema puede frustrar a los jugadores más pequeños.
Por otro lado, se echan en falta más minijuegos y más contendido, en general. Es una pena que una licencia tan golosa como la de Bluey no haya conseguido trasladar al mundo del videojuego todo lo que puede ofrecer. Las sensaciones son similares a las que tuvimos cuando jugamos a Peppa Pig: El Videjuego. Una licencia muy potente pero, por desgracia, poco aprovechada.
Conclusiones:
Bluey: El Videojuego consigue capturar la esencia visual y sonora de la serie, lo que sin duda encantará a los fans más peques de la casa. Sin embargo, su duración es muy corta y la jugabilidad es demasiado simple, lo que hace que pierda rápidamente el interés. Es una buena opción para que los niños se diviertan un rato y puedan controlar a estos simpáticos personajes, pero no ofrece mucho más allá de su encanto visual. Como juego familiar cumple su función, pero nos deja con la sensación de que se podría haber aprovechado mejor el potencial de Bluey en el mundo de los videojuegos.
Bluey es uno de los fenómenos de animación infantil más de moda en los últimos tiempos. No es de extrañar que haya dado el salto al mundo de los videojuegos. ¿Estará a la altura o simplemente se valdrá del éxito de la serie?