Un gran cierre para una grandísima saga. Después de trece años, por fin conocemos el desenlace de Kingdom Hearts.
La crítica del principiante
A pesar de que hemos recibido muchísimas reediciones, spin-offs y secuelas menores, han pasado muchos años desde la última entrega numerada de la saga. Cuando salió la segunda parte, tenía solo 19 años. Trece años después, valoro aún más la grandeza de aquel juego, que sigue creando escuela. Por fin, podemos analizar el cierre de una trilogía mágica.
Una gran aventura
Si no conocéis esta saga, debéis saber que Kingdom Hearts fusiona los universos clásicos de Disney con los juegos de rol más excelentes de Square Enix (creadores de Final Fantasy y Octopath Traveller, entre otros). El resultado, es una aventura tan profunda como disfrutable por todo tipo de público.
Puesto que se trata de la tercera parte de la saga (sin contar otras tantas más secundarias), es tremendamente recomendable jugar a los anteriores juegos –muchos de ellos remasterizados en PS4 y XOne-. Si no lo hemos hecho, disponemos de una serie de resúmenes que nos explican a grandes rasgos los puntos principales de la historia. Eso sí, nos perderemos muchos detalles y referencias si no conocemos bien qué ha pasado en las entregas principales, así como en Dream Drop Distance de 3DS y en la mini-historia Kingdom Hearts 0.2 Birth by Sleep – A Fragmentary Passage, incluida en la recopilación 2.8 Final Chapter Prologue.
Centrándonos en Kingdom Hearts 3, los acontecimientos nos acercan a la batalla final entre la luz y la oscuridad. Sora, el protagonista, ha perdido prácticamente sus poderes por culpa de Xehanort y debe recuperarlos. Así iniciamos un viaje -que comienza en el mundo de Hércules-acompañados por Goofy y Donald en busca de los demás maestros Espada. Sin duda, el guión está perfectamente trabajado y nos va presentado y resolviendo todas las sub-tramas de cada fase, a la par que avanzamos hace un cierre mayúsculo, a la altura de lo esperado.
Visitando mundos Disney
Sin lugar a dudas, el gran reclamo del juego es esa estructura alrededor de universos Disney muy conocidos. Es tal la calidad de las escenas que pensaremos que estamos viendo una película de animación. Hemos disfrutado muchísimo.
Además, cada mundo es muy distinto y está muy bien realizado. No solo en la atmósfera, sino que nos hace sentir dentro de la película. Así, visitamos el mundo de Hércules, el de Enredados, el de Monstruos S.A., de Toy Story, de Big Hero 6, el de Winnie de Pooh y hasta el de Frozen. Es tal el grado de sinergia entre el jugador y el mundo que no querremos acabar algunos de ellos. Es verdad que algunos son más interesantes que otros y que el esmero dedicado con Frozen o Toy Story no es el mismo que el de Winnie de Pooh o Big Hero. Pero, pese a todo, el resultado es excelente.
Una aventura muy profunda
Si nos centramos en el apartado jugable, Kingdom Hearts 3 es muy parecido a los otros juegos de la saga. Como decíamos, se trata de un juego de rol y acción. Nos movemos con cierta libertad, pero todo está muy guiado. Los saltos entre plataformas son muy comunes, al igual que la interacción con otros personajes principales y secundarios. En esta exploración ganan mucha importancia todos los secretos y cofres que encontramos repartidos.
La acción también tiene mucha importancia ya que combatimos continuamente contra los Sincorazón, los Incorpóreos y demás tipos de enemigos. A diferencia de otros juegos de rol más clásicos, aquí las refriegas no son por turnos, sino en tiempo real. Esto quiere decir que nos movemos libremente por el escenario, apuntamos a los enemigos, atacamos y esquivamos golpes, como si se tratara de un juego de acción al uso (conocidos como hack’n slash). El sistema de combate recuerda en cierto modo al de los Tales of (aquí tenemos 12 comandos distintos), por ejemplo, pero sin limitar la zona.
A la práctica, una vez más golpeamos con la llave Espada, el arma icónica de la serie. También podemos lanzar hechizos o incluso invocar a amigos Disney que hayamos conocido en otros mundos. Además, a medida que avanzamos desbloqueamos nuevas llaves espada, con características únicas, inspiradas en el universo del que procedan. También podemos potenciar nuestras propias llaves en las orfebrerías (de Moguri) y convertirlas en diferentes objetos según consigamos mejores ataques. ¡Se pueden convertir hasta en un Yo-yo!
A todo esto, se suman unas invocaciones espectaculares y muy útiles y hasta minijuegos que nos permiten utilizar atracciones de Disneyland. En resumen, son combates dinámicos, muy variados y con un grado de dificultad creciente, aunque con un nivel de dificultad mucho más bajo a lo que nos tienen acostumbrados. De hecho, casi no hemos encontrado puntos en los quedemos atascados.
Conclusiones:
Kingdom Hearts 3 es el broche perfecto para una trilogía mágica. Detrás de los mundos Disney que visitamos se esconde un juego de rol muy completo y profundo. Los universos están perfectamente recreados y consiguen ser parte de la experiencia jugable completamente. Asimismo, el nivel de dificultad y el de progresión están perfectamente reglados, por lo que se puede completar sin demasiada dificultad.
Todo ello permite acercar el juego al público infantil (a partir de los 12 años), tanto por contenido como por complejidad. Es verdad que la acción es abundante, pero no por ello violenta. El único punto “en contra” es la complejidad y profundidad de la historia, que puede dejar a cuadros a los que no conozcan la saga.
Después de muchos años de espera, por fin recibimos la nueva entrega de Kingdom Hearts. Disney y Square Enix se dan la mano en esta tercera parte. Sencillamente, brillante. Así es Kingdom Hearts 3.
