Un viaje hacia las emociones y los sentimientos que bebe de grandes juegos como Journey o Rime.
La crítica del principiante
Muchos juegos destacan por su intensidad –como cualquier shooter-, otros por su fuerte narrativa –como The Last of Us-, también por su libertad–cualquier sandbox como Red Dead-, pero pocos lo hacen por las sensaciones que experimentamos al jugarlos.
En este último grupo, clasificamos a Gris, un título que nos conducirá por un viaje onírico sobre las emociones en lo que supone una perfecta fusión entre pintura, cine y videojuego.
Arte y videojuego
Gris es una aventura en 2D que combina puzles y plataformas a partes iguales. Sin suponer ningún reto, nos permite disfrutar de su narrativa y de todo lo que ella comporta desde el primer minuto.
El título cuenta la historia de una chica que lleva a cabo un viaje interior para superar una dura experiencia. Sin una sola línea de guión ni más indicaciones que nuestra propia intuición, todo está dispuesto para que avancemos de una manera muy orgánica y natural.
Más allá de su propuesta jugable, Gris es una combinación perfecta de pintura y cine interactivo. Las pinceladas de Conrad Roset se unen al estilo visual que destilan obras como Kirikou y la bruja (de Michel Ocelot) o Luise en hiver (de Jean Françoise Laguionie) acompañado por una puesta en escena muy fluida, en la que los escenarios se suceden entre paletas de colores de lo más variopintas.
En lo jugable nos ha recordado especialmente a juegos como Journey o Rime, títulos que destacan mucho más por lo que transmiten que por su propuesta jugable.
Disfruten de la experiencia
La mayor virtud de Gris es su principal defecto, puesto que se trata de una propuesta tan intensa como corta. Atrapa desde el primer minuto sin explicarnos nada. Será nuestro instinto el que nos haga avanzar por escenarios envueltos por una música tan pronto relajada como estridente. Superar esta fantástica aventura nos llevará poco más de tres horas y, aunque hay desafíos y algunos extras, pierden interés, dado que su mayor atractivo es terminarlo.
Lo mejor:
Es una obra de arte hecha videojuego.
La paleta de colores y el sonido nos sumergen de lleno en la aventura.
Lo peor:
Demasiado corto y poco rejugable.
Conclusiones:
Gris es uno de esos juegos llamados a permanecer en nuestras retinas. No es tanto por su propuesta jugable como por lo que transmite al coger el mando. El estilo visual es precioso y el sonoro encaja perfectamente con los niveles. Las emociones y los sentimientos se dan la mano en esta gran aventura del equipo barcelonés Nomada Studio. Eso sí, no es un juego para niños pese a que su propuesta sea muy básica. Especialmente dirigido al público adulto, quien sabrá sacarle todo el partido.
Gris es una alegoría a las emociones y a los sentimientos. En definitiva, a todo aquello que transcurre en la psique humana frente a las adversidades. Sin más, os presentamos este título indie de los barceloneses Nomada Studios. Así es Gris.
