Con una bella fotografía, ambientación y puesta en escena, podría haber sido una serie de aventuras alegre y familiar. Sin embargo, es una serie de aventuras algo triste, complaciente y parcial.
Basada en el libro de la canadiense Esi Edugyan, Washington Black narra las peripecias de un niño negro que consigue escapar de la esclavitud y perseguir sus sueños. Ambientada en una época convulsa, las peripecias del protagonista de desarrollan entre las persecuciones racistas y la mala suerte.
Amparado por Titch (Tom Ellis), un personaje maltratado e injustamente juzgado por el guion, Wash (Eddie Karanja/ Ernest Kingsley Junior) alcanza no solo la libertad, sino que también logra su propósito vital. En este sentido, a lo largo de los capítulos se observa una tendencia a segregar negros y blancos y a darle a estos últimos las básicas pinceladas de la crueldad, la cobardía y el egoísmo.
Washington Black reúne aventura, fantasía y romance pero, por desgracia, se decanta por el drama, por las vidas truncadas y los conflictos familiares. A pesar de su colorismo, los paisajes, los viajes y los imaginativos inventos que muestra, prevalece la casuística de la esclavitud y un discurso a favor de la libertad, quizá a cualquier precio.
Con un ritmo irregular, el inicio se toma su tiempo, poco a poco las aventuras van aumentando sus esplendorosas misiones para, finalmente, caer (en los dos últimos capítulos) en una casi indecorosa complacencia hacia los espectadores. Un final que se estira demasiado y acaba por confirmar las sospechas de quienes perciben una denuncia mal promediada.
Firma: Mar Pons
Siglo XIX. Barbados. George Washington Black, al que todos llaman Wash, es un niños negro de once años. Esclavo en una plantación de azúcar, trabaja para la familia Wilde. El patriarca de los Wilde es un reconocido científico que anda por algún lugar remoto del planeta. En su ausencia, su hijo mayor Erasmus lleva la plantación com mano férrea.
Mientras, Christopher ‘Titch’, el segundo de los tres hermanos, es abolicionista, pretende seguir la estela de su padre como científico y su sueño es ingresar en la Real Academia de las Ciencias en Londres. Para conseguirlo, recurre a Erasmus de quien consigue la inversión para construir el invento que le llevará a la fama. Por su parte, el hermano pequeño y poco apreciado Phillip llega para complicar las cosas en la casa familiar.
Titch consigue que Erasmus le ceda al pequeño esclavo Wash para atenderle en sus investigaciones. Sin embargo, un accidente inesperado provoca que ambos, amo y esclavo, deban salir volando de la isla de Barbados.