Con un buen dato de estreno, casi medio millón de espectadores y una cuota de 14,2 por ciento y 37.000 visionados en 48 horas, TVC ha demostrado, por fin, que puede hacer una ficción diferente de los culebrones grisáceos o sitcoms encorsetadas.
Estamos en un hospital, pero no es una típica serie de hospitales. Los protagonistas son los jóvenes pacientes, después sus familiares y en último término los médicos y enfermeras.
Albert Espinosa, guionista de Planta 4ª, tiene una larga experiencia en este campo y no sólo por la película que hizo con Antonio Mercero. El guionista y productor ejecutivo pasó diez años de su vida ingresado, lo que le ha llevado a impartir conferencias a hospitales de todo el estado.
Siempre con un espíritu vitalista, con sentido del humor y con una melancolía por la infancia y adolescencia, sus trabajos respiran ternura. De hecho, en 2010 estrenó un largometraje, Héroes, coescrito con su director, Pau Fresnos (también director de la serie), que recupera la nostalgia de los veranos de juventud y el concepto de amistad y grupo tan intensos en la preadolescencia.
En Pulseras rojas, el consolidado tándem Espinosa-Freixas ofrece, hasta el momento, un retrato más blanco que el de Planta 4ª y también más completo, sobre todo por el que hace referencia a los miedos y emociones y al entorno familiar. Los guiones sólo suenan forzados en pocas ocasiones, porque se quieren decir y expresar muchas cosas. Seguramente, también cuando los jóvenes actores estén más trabajados ayudarán mejor a borrar estos momentos.
Por otro lado, la fotografía y la planificación están tratadas con clasicismo y buen oficio. De hecho, la factura visual se aleja del estándar de la pequeña pantalla y esto acompaña a unas buenas historias. Se agradece que un producto de prime-time y con jóvenes como protagonistas se acerque al dolor, a la incapacidad y a la muerte con valentía y voluntad de lucha. Este enfoque se ve especialmente en el rol protagonista-narrador que tiene el niño en coma, Roc, y en las curas tan delicadas de su madre y los sanitarios del hospital, que lo tratan como si estuviera plenamente consciente.
Pulseras rojas dibuja un interesante paisaje de la enfermedad infantil donde la amistad, el grupo y la familia, como sucedía en la reciente Vivir para siempre, son fundamentales. Una apuesta diferente que encaja, si todo continúa bien, en la oferta de un canal público, donde sólo desencajan algunos barbarismos y palabras groseras.
Pau Freixas, además, apunta maneras puesto que quiere preparar para TVC un producto inspirado en el Cluedo y con el aire de productos tan solventes como Prison Break o Perdidos.
Firma: Lourdes Domingo
Un grupo de cinco chicos y una chica, de 10 a 15 años, conviven de manera atípica en un hospital. Cánceres, infartos, anorexia, traumatismos y coma son sus diagnósticos, pero lo que se retrata sobre todo es su interrelación en un contexto tan alejado del de sus amigos de escuela o barrio.
