Mr. Bean

En 2002 Varga Studio junto con otras productoras sacaron a la luz la versión animada de este personaje que, además de la serie original, ha protagonizado dos largometrajes, hasta la fecha: Bean, lo último en cine catastrófico (1997) y Las vacaciones de Mr. Bean (2007). No hay duda de que esta animación puede encontrar un público fiel entre los amantes del cómico inglés.

Sin embargo, es inevitable que en el traspaso –del personaje real al dibujo– se pierda lo mejor de la serie original: la interpretación. Atkinson, con su característica expresividad en el rostro, su gesticulación y ese porte desmañado que otorgó a Mr. Bean, se ganó a una audiencia capaz de ir al cine, años después de que acabara la serie, para volver a ver al personaje.

Por su parte, el Mr. Bean animado carece del interés artístico que pudiera tener su predecesor. En esta serie, los gags no transmiten esa perplejidad ante lo absurdo que sentía el espectador, ya que se narran en un mundo de fantasía donde, por ser animación, todo es posible.

Además, en esta nueva versión, se incluyen algunos diálogos –quizá para hacerla más comprensible– que, por lo menos en el doblaje al castellano, resultan espeluznantes. Y, por supuesto, no se trata de una oferta pensada para los menores, aunque se emita en una cadena infantil.

Firma: Mar Pons