El actor Damian Lewis da vida al excéntrico protagonista de Life. Sin duda, el carácter optimista, infantil y fantasioso de este investigador es uno de los atractivos de esta serie policíaca que, sin grandes guiones ni golpes efectistas, sabe entretener. Además, el sentido del humor que salpica las tramas ligeras y su tratamiento equilibrado y mesurado del crimen, la convierten en una opción para los jóvenes.
Charlie Crews ha pasado los últimos doce años condenado a cadena perpetua por un triple homicidio que no cometió. Durante este tiempo, fue perdiendo todo lo que tenía, su mujer, sus amigos y sus compañeros policías. Hubiera sido más fácil que lo condenaran a muerte pero, ahora todo esto ha cambiado por siempre jamás.
Su estancia en la prisión resultó especialmente complicada debido a su pasado como policía, tanto los reclusos como los guardias se ensañaban con él, hasta el punto que Charlie solicita pasar el resto de su condena en una pequeña celda de aislamiento durante veinte horas al día, una condición que casi le hace perder la razón.
Un día, Charlie encontró tirado en el patio un libro sobre la filosofía zen, empezó a leerlo cada día cambiando la perspectiva de su vida y entendiendo que si esta era su vida, la viviría en presencia de los otros, de forma que después de dos años de aislamiento pide su retorno al pabellón general. Un cambio en su filosofía que sería el principio de su nueva vida.
Charlie recibió la visita de Constance Griffiths con la proposición de reabrir el caso, este se mostró reticente a aceptar, puesto que entendía que no tenía ningún lugar donde volver y que su lugar estaba en la prisión. Pero la insistencia de la abogada hizo que al final Charlie accediera a presentar un recurso de exoneración, apoyado en unas pruebas de ADN que lo exculpaban del crimen. Después de llegar a un acuerdo tanto con el departamento de policía de Los Angeles como con la administración de la propia ciudad, Charlie recibió una importante suma de dinero, así como lo que él más deseaba, recuperar su placa y su pistola y volver a su antiguo puesto de trabajo.
El primer paso será reincorporarse al cuerpo de policía, un trabajo que adora. Pero no es tarea fácil, especialmente cuando su reticente y nueva compañera, Dani Reese (Sara Shahi) muestra tan poco entusiasmo. Pero la estancia de Charlie en la prisión le ha proporcionado una habilidad especial para apreciar ciertos detalles de la vida, y vuelve al cuerpo de policía con una filosofía Zen de lo que lo rodea, lo cual le permite contemplar su rabia y le ayuda a encontrar las claves para la resolución de los casos. Charlie está seguro de que todo está conectado, las víctimas, los testigos, incluso su nueva compañera Dani. Ahora conoce los aspectos de la ley desde los dos lados, como policía y como convicto, y comprende que su visión del mundo, bajo la perspectiva Zen, se puede aplicar a su tarea policial.
