Last resort. Último destino

Last resort propone una historia de honor, deber y poder donde se enfrentan las convicciones, los deseos personales y el bien común. A los protagonistas se les introduce en un torbellino de conspiraciones donde deberán poner a prueba la firmeza de sus ideales y, en no pocas ocasiones, la razón de su existencia o la motivación de sus actos.

En un paraíso natural, alejados de la vida ordinaria, la tripulación de Colorado redescubre la necesidad del calor familiar y la seguridad de lo cotidiano. El honor, el amor por la patria y la exigencia de conocer y dar a conocer la verdad de los acontecimientos se enfrentan la desesperación, al oportunismo y a la exigencia de aquellos que quieren volver con los suyos. De fondo, sobrevive la inquietante actitud de cuestionar a un gobierno que antepone la ambición y la supremacía al bienestar de sus propios ciudadanos.

Cada capítulo ofrece la porción justa de drama, suspense y acción dejando, para el final, la apertura de un nuevo interrogante, lo que lleva al espectador a querer repetir la semana siguiente.

La trama, construida con coherencia, se ayuda de un reparto coral donde se reflejan las diferentes capacidades para afrontar las situaciones límite y, sin olvidar incluir algunos toques más románticos, los guionistas consiguen entretener al gran público con esta ficción bien facturada.

Ayuda el hecho de que, en una sola temporada, se cierra la trama principal y, con ello, se evita la incorporación de elementos que puedan complicar o largar la historia rompiendo la unidad narrativa. Por otro lado, el inconveniente es que sólo se cuenta con una tanda de episodios y, al final, el espectador se queda con ganas de más.

Una buena ficción que entretiene y lleva a la reflexión sobre el poder de los gobiernos y sus posibles y pretenciosas conspiraciones.

Firma: Mar Pons