Con una técnica cuidada, la serie recoge los valores necesarios para una convivencia pacífica y justa. Sobria en sus elementos, pero entretenida para la infancia.
El Zorro fue un personaje creado en 1919 por Johnston McCulley y Las crónicas del Zorro es la primera versión animada en 3D. Esta producción canadiense pertenece a los estudios Cyber Group, responsables también de la serie para preescolares Zou.
La serie recoge la juventud del valeroso Diego y destaca sus cualidades de héroe. La lucha por la justicia, el apoyo a los desfavorecidos y la defensa de los derechos básicos de la humanidad se mezclan con el buen humor, la amistad y la unión familiar. Además, se descubren conceptos relevantes como el respeto, el ocuparse de los demás antes que de uno mismo, hacer rentables las habilidades recibidas, el sacrificio por las cosas importantes y la motivación para cambiar el mundo.
Todo lo anterior se desprende de unas historias sencillas, a las que quizá les falta brío y emoción, pero no por ello dejan de ser una opción infantil apropiada. La técnica animada es impecable, sin embargo, seguramente por ahorrar costes y tiempo de producción, el poblado carece de ambiente, son pocos los personajes que llenan la escena y la atmósfera es pobre en detalles.
Por lo demás, Las crónicas del Zorro desprender color, aventura y pasión por la justicia y por el bien común. Como es natural, los bandos están claros, los malos y los buenos, y el bien siempre acaba por vencer al mal.
Diego de la Vega es un joven bien educado, apuesto, poco dado al trabajo y embaucador con las damas. Hijo de un rico y viudo hacendado, acaba de llegar con su familia de España a la nueva California colonial. Allí, los de la Vega tropiezan con una autoridad que oprime a la población. El capitán Monasterio es el responsable de una economía precaria y un ejército ineficaz. Arrogante, adulador con sus superiores, egoísta, falto de personalidad y fácilmente influenciaba, Monasterio es una marioneta a manos del avaro terrateniente Malapensa y del del presumido gobernador Don parasol.
Todas estas circunstancias llevan a la población a vivir bajo la tiranía de sus gobernantes. Por suerte, un hombre enmascarado que hace llamarse el Zorro aparece para luchar contra los abusos de poder. A lomos del veloz Tornado, el Zorro defiende a los débiles y castiga a los déspotas. Una cara se esconde tras el antifaz y no es otra que la del joven Diego. Él, con la ayuda de su hermana gemela Inés y su fiel compañero Bernardo, se enfrenta con valentía y aplomo al ejército de Monasterio.
