Jessie

Del todo inverosímil y nada innovadora, Jessie propone guiones torpes, con personajes sin relieve y gags tan absurdos que se recurre a las risas enlatadas para alentar al espectador. Es una de esas series que atonta el cerebro y desperdicia el potencial de las neuronas adolescentes capaces de entretenerse con productos mucho más inteligentes.

En Jessie, como viene siendo costumbre en el canal, se aboga por la inutilidad de la figura de los padres (siempre ausentes) y se otorga la responsabilidad y el “buen juicio” a los menores. Un universo, al fin y al cabo, que invierte el orden natural de la familia y la sociedad.

Firma: Mar Pons