Entre la avalancha de series policíacas, en una época en la que parece que ya se han contado todas las formas posibles de matar y de indagar, llega Forever. Se trata de un producto que añade a los ya tradicionales relatos de investigación criminal las posibilidades de la ciencia ficción.
Matthew Miller, creador y guionista, ha conseguido elaborar para esta serie no solo un protagonista sólido (a pesar de su poco creíble capacidad deductiva), sino también acompañarlo de unos secundarios igualmente estables. El mérito está en que todos tienen valor por sí mismos y esta ficción no se aguanta sólo por alguno de ellos, sino por su conjunto. Cada personaje con sus matices (pasado, presente, fobias y esperanzas) da relieve a un argumento que, en realidad, no es nada sorprendente.
Forever cuenta historias sencillas, pero con la honradez de quien no pretende convencer, sino agradar y, con esa premisa, se construye un grato espacio donde hasta los crímenes parecen elegantes y las investigaciones, lejos de la sordidez de otras producciones, son solo una excusa para reunir a sus protagonistas y hacerlos evolucionar (excepto en algún capítulo menos afortunado).
Está claro que el romance y el humor son dos de los ingredientes básicos de esta ficción que recrea, además, diferentes épocas de los EE.UU. y juega con los espacios temporales para ubicar a su personaje principal, sus emociones y reacciones.
No habrá tiempo para saber si Forever hubiese sabido dar respuesta a todos los interrogantes planteados, pues su rodaje se canceló después de la primera temporada y no parece que vaya a volver. Así que solo nos queda disfrutar con esta tanda de 22 capítulos que, aunque no sea conclusiva, sirve para refrescarse en época estival.
Firma: Mar Pons
El Dr. Henry Morgan es médico forense en la ciudad de Nueva York. Su vida cambió hace 200 años cuando, tras un altercado en un barco, recibió un disparo que, en contra de todo pronóstico, le otorgó la inmortalidad. Durante estos años, Henry ha procurado descubrir los motivos que le llevan a aparecer desnudo en el agua cada vez que muere.
Un día, llega a su mesa de autopsias el cuerpo de un caso que investiga la Detective Jo Martinez, en el que Henry está involucrado. A partir de ese momento, ambos trabajarán juntos en la resolución de los diferentes asesinatos, mientras Henry intenta ocultarle su secreto, cosa que no resultará nada fácil.
Pero Henry tiene, además, otras preocupaciones a las que enfrentarse: superar, por fin, la muerte de su esposa, la aparición de un extraño que dice ser como él y afrontar cómo quiere seguir viviendo su eternidad. Para todo ello cuenta con el apoyo de su hijo Abe, un septuagenario que regenta la tienda de antigüedades en la que ambos viven.
