Creada por Robert Doherty, un hombre muy presente como productor y guionista de series como Star Trek: voyager, Médium o Ringer, Elementary es quizá la adaptación número ¿cien? del personaje de Sir Arthur Conan Doyle. Creado en 1887 por este escritor y médico inglés, su perfilada y austera caracterización ha permitido tantas y tantas variantes de su personaje no sólo en literatura, sino también en cine, teatro y televisión.
Después de la exitosa versión que la BBC estrenó en 2010, Sherlock, era difícil pensar en otra vuelta de tuerca al detective, sobre todo de manera tan inmediata y con un mismo contexto cronológico, pues el Sherlock británico también es un urbanita del siglo XXI, con smartphone incluido.
La apuesta de Doherty pasar, no sólo por la ciudad de los rascacielos y por un jugoso juego de acentos, sino sobretodo por convertir al Doctor Watson en una doctora, que no puede dejar ni a sol ni sombra a su paciente Sherlock Holmes. Esta situación provoca unas dinámicas de guión que permiten despegar la serie de la CBS de comparativas con las anteriores adaptaciones televisivas, pero también la diferencia significativamente de la saga cinematográfica de Guy Ritchie.
Elementary es una peculiar buddy movie (serie) marcada por ese gusto actual por los protagonistas de intelecto por encima de la media y emociones por debajo de lo normal. Holmes aporta sagaces razonamientos e intuiciones inusitadas, mientras Watson complementa su trabajo de investigación con juicios oportunos y especializados, a la vez que intenta nivelar la cordura sentimental del flemático detective.
Todo eso se maneja con bastante naturalidad y agudeza en el guión, que no busca un estilo agresivo ni descarnado (como otros títulos de género similar), ni tampoco un tono que aleje a los espectadores de la empatía con los personajes (como también es algo frecuente en apuestas televisivas más de autor). Hay crímenes, pero no se retrata su lado más grotesco; hay contradicciones en las vidas de los protagonistas, pero su dibujo no es hiperrealista; y hay cierto sentido del humor, a veces simple, a veces más avispado.
Elementary es una de esas apuestas que dejan bastante libertad al espectador. Se pueden ver capítulos aislados o se puede seguir religiosamente (la trama común a todos es mínima). Puede gustar a adultos pero también a jóvenes. Encajará con unos cuantos adeptos a las series de crímenes, y seguramente también atraerá a un público menos “salpicado”. Entre El mentalista y Castle, aunque con personalidad propia.
Firma: Lourdes Domingo
Sherlock Holmes era una famoso detective en Londres. Ayudaba con éxito al Departamento de Homicidios de Scotland Yard. Sin embargo, algo pasó en su vida que le hundió por completo en el mundo de las drogas y adicciones. Tras un periodo en una clínica de desintoxicación, Holmes emprende una vida en Nueva York, donde empieza a colaborar con el departamento de policía de la ciudad, de la mano del capitán Gregson.
Muy inteligente, observador, frío, irónico, persistente y cargado de ingenio. Con todas esas cualidades, que le hacen implacable a la hora de resolver crímenes, el detective necesita, según su padre, la supervisión de su drogodependencia. Para ello, el enigmático y ausente padre de Holmes contrata a la doctora Joan Watson, una cirujana que ahora se dedica a acompañar a drogadictos en su recta final de curación.
Choques y sinergias serán dos de las chispas que saltarán entre ambos, mientras descubren que sus capacidades se compenetran para solucionar complejos casos de homicidios.
