Se desata un apocalipsis en Buenos Aires y sus moradores deben enfrentarse a sus miedos y a lo desconocido. Solo si se une, la humanidad tiene alguna esperanza de sobrevivir.
Basada en la novela gráfica de culto de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano-López, Bruno Stagnaro dirige esta serie apocalíptica en la que la humanidad se enfrenta a su extinción una vez más. Para ello recurre a un cambio climático extremo y a alguna sustancia tóxica en la atmósfera. Aunque tampoco faltan extraños y gigantes bichos que llegan como una plaga.
Lo primero que debe saber el espectador que decida ver El Eternauta es que la primera temporada de la serie deja todo en el aire a la espera de una continuación que, suponemos, no puede tardar mucho en llegar (en caso contrario habremos olvidado qué debemos esperar). Aunque tener en mente el guión del cómic puede darnos una idea de que el tema se puede complicar más que un poco.
Sin duda, los medios técnicos no son un problema para esta producción que echa el resto en crear un apocalipsis argentino con muy buenos resultados visuales. Sin embargo, al guión quizá le falta un poco de arrojo y le sobran “minutos personales”. Es decir, se viven con intensidad los dramas personales y solo se apuntan los colectivos.
También abruma un poco que las primeras reacciones (y las segundas y algunas terceras) se centren en una supervivencia egoísta y poco comunicativa. Con ello, la humanidad respira poca esperanza en una situación de por sí muy poco ventajosa para la raza humana. En este conjunto, Ricardo Darín funciona como el reclamo de El Eternauta, aunque la serie cuenta con un buen reparto y con personajes de interés que diversifican la trama y aportan algún rayo de luz.
Finalmente, el guión arranca (un poco tarde) en una serie de acciones que puede que llevemos algunos capítulos esperando. Este dato no es negativo, sino el signo de que la producción argentina se narra a su ritmo y no se contagia de la espectacularidad y la velocidad de los títulos norteamericanos.
Así, con un final incierto, es difícil valorar si valdrá la pena haber invertido varias horas en este producto o si, en la siguiente temporada, se deshinchará como un globo. Por ahora, la primera entrega entretiene y, a partir de vidas cotidianas, aborda la figura del héroe colectivo como el remedio más eficaz contra las grandes adversidades. Pero habrá que ver cómo se consigue trasladar a la pequeña pantalla ese objetivo manifiesto de Oesterheld.
Firma: Mar Pons
Algo pasa en la ciudad de Buenos Aires cuando, en pleno verano, se desata una tormenta de nieve que dura varios días. Lo preocupante no es solo el cambio repentino de las temperaturas, sino la estela de muerte que deja a su paso el temporal: cualquier persona que entra en contacto con la nieve muere en pocos segundos.
Los supervivientes se enfrentan a esta catástrofe mientras deciden buscar a sus familiares y una solución que les permita recuperar la normalidad en sus vidas.