El abogado del Lincoln

Se trata de una adaptación televisiva de la novela El veredicto (en su versión castellana). Es uno de los bestsellers publicados por el escritor y periodista Michael Connelly en el año 2005. Esta es la segunda de la saga protagonizada por el abogado Michael Haller. La primera, El inocente, fue llevada al cine en 2011 y protagonizada por Matthew McConaughey y Marisa Tomei.

La serie tiene varias cosas a destacar:

Haller aprovecha la curiosidad de la joven Izzy (su chofer) para darle verdaderas clases de Derecho Penal en el interior de uno de sus coches Lincoln. Así, el auto se convierte en un aula universitaria sobre ruedas, en la cual el abogado confirma su amor por esta profesión y va explicando, de manera sencilla, todo lo que sucede en los juicios. Una puesta al día para el espectador despistado.

Otro punto es la relación con Maggie, su ex mujer ayudante del fiscal. Cada uno está a un lado de la ley. Maggie lleva un caso muy relevante de un mafioso filipino y pide ayuda a Michael. El aprovecha la situación para poder recuperarla pero, a veces, esos polos opuestos profesionales es lo que les separa a nivel personal.

La importancia y peculiaridad de todos los secundarios: Lorna, la ayudante que soluciona todos los inconvenientes que surgen; su novio Cisco, el investigador poco ortodoxo que consigue lo que nadie puede; Izzy, la ex adicta que Haller consiguió que saliera absuelta y que contrata como chofer; Haley, la hija de Maggie y Michael que desea el reencuentro de sus padres. Cada uno de estos personajes es muy relevante y pone el tono más humano y personalista en la serie. Resultan sugestivos y descriptivos los falshbacks con el pasado de la relación con su padre.

La clave de todo se resume así, como dice Haller: «Todo el mundo miente. Los policías mienten. Los abogados mienten. Los testigos mienten. Las víctimas mienten. Un juicio es un concurso de mentiras, pero, hasta los mejores mentirosos se delatan». Haller debe trabajar en medio de ese bosque de mentiras y buscar la verdad, una tarea que le hará estar en una personal lucha interior. Se plantea hechos tan importantes como recuperar a su mujer, de la que sigue enamorado, y a su hija; no volver a caer en adicciones, ayudar a sus colegas, y, sobre todo, recuperar la confianza en si mismo para buscar la verdad de cada caso.

Firma: Rosamaria Aguilar