La BBC decide sumergirse en las profundidades –del océano y de la conciencia humana– para narrar este thriller.
Vigil juega con la presión que siempre genera el entorno cerrado de un submarino para sugestionar al espectador. Además, añade el secretismo de la vigilancia activa de un buque preparado para el ataque, en alerta permanente, y su peligrosa carga: armas nucleares.
En este ambiente oscuro, profundo, aislado y asfixiante transcurre una historia que va más allá de la trama policíaca. Vigil también plantea cuestiones sobre el funcionamiento de la marina, del la oportunidad o no del armamento nuclear y de las decisiones políticas al margen de la sociedad a la que deben servir.
También, a la compleja trama de espionaje, se suman personajes poco traslúcidos. Actuaciones misteriosas, traumas latentes, ideales y ambiciones se cruzan en el laberinto de pasillos del submarino. Y la falta de luz natural y de aire fresco los vuelve más opacos todavía.
Por su parte, el guion juega al despiste –las sospechas van pasando de personaje en personaje– y, muy pronto, el espectador deja de hacer conjeturas en la oscuridad para esperar una resolución creíble.
El balón que oxigena la historia viene del exterior. La investigación avanza en paralelo en tierra firme y se agradece ese paseo bajo el sol. También los flashbacks nos ayudan a componer la trama. Explican el pasado de algunos personajes pero, en especial, el de la protagonista, Amy.
No obstante, no todo en el exterior es luz. Ese pasado que se le adjudica a la inspectora jefe hace aguas. Ni es tan original ni resulta tan dramático y creíble como se merece la serie. Desde el sofá, la relación entre ambas mujeres (Amy y Kirsten) parece más un incongruente imperativo propagandístico que un romance real. A Amy (golpeada por la muerte de su novio) se la retrata como una veleta emocional y, con ello, dudamos de su aptitud para resolver el asesinato. ¿No hay nadie más equilibrado para resolver el caso?
Al final, la sensación es que todo en Vigil es excesivo: excesivo secretismo, excesivo drama, excesivo cúmulo de traumas y excesivas coincidencias. Podemos bajar a las profundidades con Vigil, pero emergeremos con falta de oxígeno y ganas de luz y de sol. Sobre todo, con ganas de estar con personas luminiscentes.
Firma: Mar Pons
Género: Serie
Subgénero: Thriller
Año: 2021
Cadena: Movistar Plus+
Intérpretes: Adam James, Connor Swindells, Gary Lewis, Paterson Joseph, Rose Leslie, Shaun Evans, Suranne Jones
Presentador: -
La inspectora jefe Amy Silva debe pasar tres días en el submarino HSM Vigil. El vigilante de radar, el Sargento primero Craig Burke, ha muerto de una sobredosis de heroína. Silva es la agente destinada a resolver el caso y la única con permiso para entrar en el Vigil.
El Vigil es una de las cuatro naves británicas equipadas con disuasión nuclear que vigilan desde las profundidades de la isla. Se trata de uno de los buques, clase Vanguard, que está en patrulla activa y listo para disparar en quince minutos. Por este motivo el submarino no regresará a la base hasta que llegue el relevo y, para ello, aún faltan unos meses.
En tierra, la agente Kirsten Longacre es el eslabón de contacto de Amy, pero solo podrán comunicarse por mensajes cifrados una vez al día. La falta de colaboración de la tripulación del Vigil y las trabas en el exterior complican la resolución de una muerte que parece provocada.
Título original: Vigil
Creador: George Aza-Selinger, Tom Edge
Director: Isabelle Sieb, James Strong
Guión: Tom Edge
Productora: BBC, The National Lottery through Creative Scotland, World Productions
Duración: 60'
País: Reino Unido