Una segunda entrega que despega tarde y en la que sobran metraje y algunas historias personales
Después de una exitosa primera temporada, vuelve a Netflix esta disfuncional familia de héroes (o antihéroes, según se mire) de cómic. Ya dijimos en la crítica de la primera temporada que The Umbrella Academy es un producto fluctuante.
En esta ocasión, ya sabemos de qué va la historia y su nueva propuesta no trae nada nuevo.
Lo mejor que tiene esta ficción, y casi lo único por lo que vale la pena invertir nuestro tiempo en verla, son los personajes, pero no todos. El principal y mejor número se lo lleva Klaus. Número Cuatro, sensible, desequilibrado e irreflexivo, vuelve a conquistar como lo hizo en la entrega anterior. Cinco, se mantiene en el podio de los mejores puestos a donde, ahora, también llega el Enlace, la malvada y sofisticada agente temporal. Por su parte, Número Dos, Diego, resurge, quizá porque se le ha otorgado un poco más de protagonismo. Su paso por el psiquiátrico y su empeño en salvar a JFK le han dado la oportunidad de brillar un poco más.
Luther y Allison se mantienen en un segundo plano neutro que sirve de relleno. Sin embargo, Vanya desinfla la narración contagiándole esa incapacidad suya de sonreír. Es un ser gris, triste, desconfiado al que, además, su traspaso de afectos (de un asesino a la mujer de un vendedor que le acoge en su casa, ¿de verdad?) y su pertinaz amnesia la despojan de cualquier credibilidad y es complicado empatizar con ella.
La finalidad de este extraño y poco comunicativo equipo vuelve a ser el Apocalipsis. Evitar el fin del mundo nunca estuvo en manos tan torpes y es esto lo que, quizá, nos arrastre hasta el final de la temporada. Sin embargo, por el camino, debemos asistir a mucho metraje de poca importancia, en los que echamos en falta la sorpresa y la locura de su primera entrega. La lucha política, racial o de revolución sexual hace que este producto, que pretendía ser fresco, se sume a tantos otros del montón.
No hay duda de que The Umbrella Academy posee momentos de genialidad, un buen presupuesto para su producción y un buen reparto pero, por desgracia, sus guionistas no sacan provecho de ello hasta los últimos tres o cuatro capítulos. Es entonces cuando la acción se dispara, los protagonistas reaccionan y la demencia y el despropósito ocupan el lugar esperado. Un título concreto para una audiencia también concreta.
Firma: Mar Pons
Los hermanos Hargreeves sobreviven al Apocalipsis de 2019 gracias a Cinco. Sin embargo, el salto temporal no ha sido del todo un éxito. Aunque cada uno de ellos ha llegado sano y salvo al mismo lugar, un callejón de Dallas, lo han hecho por separado y en diferentes años.
Por fin, en 1963 llega el menor de los hermanos para impedir un recurrente Apocalipsis que, al parecer, tendrá lugar en seis días. A Cinco no le va a resultar fácil reunir a la familia otra vez y, mucho menos, si Luther, Allison, Diego, Klaus y Vanya ya han emprendido su nuevo camino dejando atrás las hazañas de la Umbrella academy.