Rapa

Pepe Coira y Fran Araújo repiten la receta exitosa de Hierro. Y es que, el espectador que disfrutó con la ficción narrada en la isla de El Hierro lo hará también con esta otra centrada en las brumosas tierras gallegas.

El asesinato es el desencadenante de una historia llena de historias. Como una tela de araña, los hilos se entretejen y dibujan la red para su víctima. No es posible explicar el crimen sin revisar el pasado, sin unir los acontecimientos aparentemente dispersos, sin obviar que, en los lugares pequeños, todos tienen algo con todos y pocos son los hilos que consiguen soltarse e ir por libre.

Así, Rapa, además de una radiografía social, también aporta tradiciones, paisajes y culturas que influyen en los personajes y sirven de paralelismos narrativos. Viajamos a una naturaleza húmeda, brumosa, extensa y, aparentemente, apartada y, allí, conocemos a sus gentes, lugareños que se asemejan a la tierra en la que han crecido.

En este telar de historias, todos los personajes tienen un lugar y un desarrollo que intensifica el thriller, desde los políticos a los comuneros. Sin duda, son pocas las ocasiones en las que podemos disfrutar de un Javier Cámara en “modo dramático” y, lo cierto, es que le sienta bien la franqueza y la ironía de su carácter. Y resulta un acierto, como complemento, Mónica López en un sensato pero evolutivo personaje.

Seis capítulos de tensión, dudas, complots, poder, rencores, venganzas, heridas y vidas que buscan un sentido para seguir existiendo o, simplemente, para ser útiles, todo esto encontramos en Rapa. Pero también encontramos belleza, inmensidad, trascendencia y valor.

Firma: Mar Pons