La creación de Quoc Dang Tran llega como una grata sorpresa a Disney+. Inocente, amable, magnética y conmovedora, atrapa al espectador desde el inicio y le proporciona una temporada con acción y misterio.
Probablemente, el valor de una serie dependa en parte del momento en el que llega al espectador. Ya sea por su estado de ánimo, su predisposición a verla o el contexto en el que se encuentra. Por ello, quizá debido a la actual cantidad de oferta basura que hay para los jóvenes, Paralelos desconocidos se descubre como un título sobresaliente y una gran –y muy grata– sorpresa en Disney+.
Consta de seis episodios de entre 30 y 40 minutos que se ven en un suspiro. Inicialmente, la trama puede parecer la adaptación francesa de Stranger Things y, ciertamente, no es novedosa. Sin embargo, la temporada está lo suficientemente bien hecha como para atrapar al público y hacerle querer llegar a un final bien resuelto.
Podría haber sido la típica serie para adolescentes, ya que sigue las vivencias de cuatro chicos en su microcosmos: en casa y en el colegio. Incluye ciencia ficción, aventuras, misterio, romance y problemas propios de la edad. No obstante, Paralelos desconocidos es una propuesta inocente, sin corrientes de pensamiento forzadas ni un reparto coral exagerado, cuyo objetivo es generar intriga, proporcionar acción y un relato entrañable que deje con ganas de más, algo que sin duda consigue.
Su guion está bien estructurado, su elenco hace un gran papel con las interpretaciones –merece la pena verla en francés con subtítulos, puesto que el doblaje no está muy conseguido– y su metraje tiene la medida justa, ya que no se alarga más de lo debido. En definitiva, es un producto muy correcto tanto en la forma como en el fondo que resulta un soplo de aire fresco para esta audiencia tan maltratada por la pequeña pantalla.
Afortunadamente, entre tanto contenido insustancial –e incluso muchas veces nocivo– de vez en cuando surgen historias conmovedoras, sin ideologías impostadas, que simplemente son un canto a la familia y los amigos. Y si además enganchan al que les da una oportunidad, bienvenidas sean.
Firma: Patricia Amat
Romane, Sam, Victor y Bilal son cuatro amigos del colegio que una noche deciden celebrar el cumpleaños de uno de ellos en un búnker. En ese mismo momento, se están llevando a cabo pruebas con un colisionador de partículas en un laboratorio cercano. El experimento no sale como se había planeado y los cuatro amigos acaban separados en dimensiones paralelas. A partir de ahí, tendrán que averiguar cómo restablecer la normalidad.
