El libro de Boba Fett

Este título de Disney+, en la misma línea que The Mandalorian, es una propuesta divertida, entretenida y dinámica. La serie consigue mantener el suspense de la trama con una duración de entre treinta y cincuenta minutos. Narra la historia de Boba Fett a partir del momento en el que consigue salir del vientre de Sarlacc (la criatura del universo de Star Wars que lo engulló en el episodio 6 de la saga: El retorno del Jedi).

Al igual que ocurre con The Mandalorian, no es necesario conocer previamente los entresijos de Star Wars para entender el relato. La narración tiene guiños para los fans, pero no son imprescindibles para comprender el argumento, tan sólo le dan más profundidad.

Probablemente, para espectadores exigentes hay tres cuestiones que resultarán problemáticas. En primer lugar, el hilo principal se desarrolla en la ciudad de Mos Espa, donde Boba Fett, por algún motivo que no se resuelve en esta primera entrega, se ha convertido en el “jefe del crimen”. Pues bien, toda la temporada se centra en proteger este enclave sin ofrecer al auditorio razones de su importancia.

Por otro lado, el Mandaloriano y Grogu, personajes de The Mandalorian, adquieren mucho protagonismo hacia el final de la serie, hasta el punto de dedicarles un capítulo completo. Aunque son interesantes, el guion no está del todo bien estructurado para justificar su relación con Boba Fett. En la misma línea de insolvencias, se encuentra el gran enemigo contra el que hay que enfrentarse: el sindicato Pyke –unos tipos con cabeza parecida a la de un pez que más que infundir miedo producen compasión–. En este sentido, es difícil convencer al público de que un animal que podrían haber ganado pinchando globos en una feria ahora es un ser poderoso al que sólo el gran héroe se atreve a hacer frente.

En cualquier caso, los episodios funcionan como reclamo para introducir a la nueva audiencia en el mundo de Star Wars. La producción es de una calidad altísima, la estética es impecable y refuerza la narrativa. Y sin olvidar los títulos de crédito, cuyas ilustraciones, una vez más, vale la pena contemplar.

En definitiva, esta otra creación de Jon Favreau con final satisfactorio y abierto colmará las expectativas de los que quieran pasar un buen rato y entretenerse, pero quizá no tanto las de los que busquen una narrativa sin fisuras.

Firma: Luis Gaspar