Rodeada por la nobleza del paisaje africano, Kate Beckinsale protagoniza un drama que discurre sobre las razones que empujan al ser humano a tomar decisiones y afrontar sus consecuencias.
Con La viuda, Prime Video traslada a su audiencia al África Central. En este espectacular escenario, Harry y Jack Williams (Liar), ponen sobre la mesa una gran variedad de temas. El drama de los niños soldado, el asesinato como recurso para asegurar el silencio de los aliados y la corrupción dentro de las organizaciones no gubernamentales no son cuestiones que se critiquen o resuelvan, solamente se exponen y funcionan como marco para situar la acción y los protagonistas.
La estructura de la historia es complicada, y es que se desarrolla en tres ubicaciones distintas. A la vez que hacemos saltos en el espacio también los hacemos en el tiempo, ya que van intercalándose flashbacks que dan al espectador –dosificada y en el momento preciso– la información que necesita para unir todas las piezas del rompecabezas.
Y de igual manera que el argumento avanza sin pausa, entre disparos, asaltos y vuelos de avión, el cierre de la aventura también llega precipitadamente. De este modo, no se permite que quienes estén disfrutando de la trama puedan saborear su final.
En medio de todo esto, la serie propone una reflexión interesante –aunque no demasiado profunda– acerca de las distintas razones que mueven a actuar a los hombres. A veces, motivos como el miedo, la cobardía o el sentido de la justicia condicionan la toma de decisiones, que pueden acabar siendo más o menos acertadas. Tener en cuenta esto invita al espectador a ver a los personajes de una forma más humana y menos idealizada e incluso a darle otra oportunidad a los antagonistas.
Lo más probable es que La viuda no se posicione en la cumbre de las producciones seriadas ni en el ranking de las favoritas del público, pero no hay duda de que es un título bien trabajado, con un enfoque distinto y que distrae.
Firma: Júlia Nafría
Hace tres años que Will, el marido de Georgia Wells, falleció en un accidente aéreo cuando volvía de trabajar en una ONG de la República Democrática del Congo. Desde entonces, Georgia vive en una pequeña cabaña en Gales, con dificultades para rehacer su vida y seguir adelante.
Pero todo cambia cuando un día, mientras ve un reportaje sobre una guerrilla en la ciudad en la que desapareció su marido, cree verle correr entre la multitud mientras huye de los disparos. Sin dudarlo, se embarca en un avión camino al Congo, con la intención de descubrir si Will sigue vivo y, de ser así, qué podría haberle llevado a ocultar este hecho incluso a su propia esposa.
