La pareja perfecta

De nuevo, Netflix nos trae una serie de asesinatos. Que tan solo se componga de seis episodios, proponga un enigma y se desarrolle en un lugar elegante son características que tientan al espectador a pegarse un atracón y verla en poco tiempo.

Una familia rica, una boda, un paisaje idílico y un cadáver. Encabeza el reparto la conocida figura de Nicole Kidman y la suceden un conjunto de rostros atractivos y –en ocasiones– rebosantes de botox. Ellos son las estrellas de esta fiesta de la infidelidad.

Y es en este aspecto donde la imaginación de los creadores decae. En esta propuesta la deslealtad en las parejas se convierte en la única subtrama posible, el desenlace a cualquier problema y asume los giros de guion. Esto provoca que la producción se empobrezca y pierda, en cierto modo, la capacidad de sorprender que esperamos de un título, supuestamente, de misterio.

Es así como, aunque busca incorporar algunos detalles que rememoran el estilo de Agatha Christie, se queda en una opción frívola, poco consistente y nada original. La decisión de si vale la pena dedicarle o no seis horas de nuestra vida está en manos del espectador.

Firma: Júlia Nafría